SERGIO HEREDIA – Madrid

Desde el temporal del 26 de octubre, que arrasó 50 metros de barrera, no han parado los asaltos
Durante la noche, la tormenta sobre Melilla llegó a registrar 50 litros por metro cuadrado. Creció el río Oro, accidente geográfico que penetra como un cuchillo en la ciudad autónoma, de 71.000 habitantes: subían las aguas, y por allí corrían el barro, las cañas, los troncos, la basura, materiales arrastrados desde las aldeas marroquíes periféricas. Para liberar el cauce, hubo que abrir las compuertas. Y entonces una veintena de subsaharianos probó suerte. Ayer, a las siete y media de la mañana, el grupo se tiró al caudal e intentó entrar en el territorio español sorteando a nado la frontera artificial, la barrera que separa un mundo del otro. Mientras seis de ellos lograban entrar en España – fueron detenidos por la Guardia Civil, atendidos de hipotermia y puestos a disposición policial-,Melilla se daba la vuelta y le pedía explicaciones a Marruecos. Se trataba de la enésima intentona masiva del último mes.

“La situación de los inmigrantes es desesperada”, dijo Daniel Conesa, el portavoz del Ejecutivo en Melilla. “Hacen todo lo que pueden por acceder al territorio español. Si su situación ya es lamentable cuando no hay inclemencias meteorológicas, imagínense cómo será cuando llegan el frío y la lluvia. Marruecos debe tomar medidas pertinentes para evitar los asentamientos”.

Enfrascado en la reconstrucción del tramo de valla arrasado por el temporal del 26 de octubre pasado – entonces se hundieron unos 50m-,el gobierno de Melilla se declara desbordado. Siguen formándose asentamientos del otro lado de la barrera (el perímetro abarca 10 km), campos de inmigrantes que aguardan el momento propicio para colarse en Europa. Los acontecimientos se han precipitado en las últimas fechas. Centenares de inmigrantes han probado suerte, en asaltos violentos o en intentos furtivos. Treinta personas han acabado heridas: guardias españoles, agentes marroquíes o inmigrantes.

La maniobra de ayer fue excepcional, pero no inédita. La Delegación del Gobierno en Melilla, agobiada ayer, declaró a La Vanguardia que, en otros momentos, otros grupos ya han intentado entrar a nado en España al abrirse las compuertas, de 2 metros de altura. “La compuerta es movible, se abre o se cierra según las lluvias. Ahí no hay vallas”, dijeron.

El Ministerio del Interior corroboró la versión. Admitió que aún se trabaja para reconstruir el tramo de valla arrasado el 26 de octubre y la sirga tridimensional (el trenzado de cables no lesivos que se encuentra entre la valla exterior y la interior), pero no ve soluciones ante las subidas del río Oro. “Sólo podemos detectar a quienes se cuelan y expulsarlos”, sostienen. Mientras el PP denunciaba “la dejación” del Gobierno, las ONG entraron en escena. Según Alfredo Abad, secretario general de Cear, “los controles y la seguridad no vencen las desigualdades sociales”.

LA CRONOLOGÍA

26 DE OCTUBRE. Una tromba de agua rompe 50 metros de la valla fronteriza.

27 DE OCTUBRE. Alrededor de 110 personas intentan cruzar por el puesto fronterizo de Beni Enzar y por el arroyo Mezquita.

29 DE OCTUBRE. Los inmigrantes hieren a tres guardias civiles al intentar entrar por Farjana.

2 DE NOVIEMBRE. Varios inmigrantes consiguen pasar por el arroyo y otros tres guardias civiles resultan heridos.

9 DE NOVIEMBRE. Intentan forzar la verja desde Farjana.

10 DE NOVIEMBRE. Más de 200 inmigrantes forman dos avalanchas en el puesto fronterizo. Dos agentes españoles, siete marroquíes y 14 inmigrantes acaban heridos.