D. H.

LAS PALMAS. Las controvertidas declaraciones del alcalde del municipio de La Orotava, Isaac Valencia, han producido una reacción en cadena tanto en la ejecutiva regional como en el seno de Coalición Canaria (CC) y del Partido Popular (PP).

En un ejercicio por cauterizar esta herida política, el presidente de Canarias, Paulino Rivero (CC), censuró las polémicas manifestaciones de su compañero de partido, en las cuales señalaba que las Islas están «a merced de que el moro venga un día y nos lleve por delante». En este sentido, el máximo responsable de la política regional destacó que ni compartía ni justificaba sus palabras, al considerarlas «desafortunadas para denunciar la vulnerabilidad de las costas canarias».

El vicepresidente del Gobierno de Canarias, José Manuel Soria (PP), también se adscribió a esa censura, señalando por otra parte que este asunto no debía puntualizarse como «tema de discusión» para Marruecos, a la vista de la inminente cumbre hispano marroquí y ante las disculpas expuestas por el propio presidente ante el cónsul general de Marruecos en Canarias, Abderrahman Leibek. Con ello, se ha querido dar carpetazo a las palabras vertidas por el titular del PSC, Juan Fernando López Aguilar, quien aseguró que la «proclama racista» de Valencia respondía a la «miseria global» de la formación nacionalista.

Papel vital

En este sentido, Soria singularizó que la inmigración ha jugado un papel «muy importante» a lo largo de estos años como «factor de crecimiento de la economía de Canarias», aunque reconoció que el Archipiélago ha tenido «grandes problemas con el asunto de la inmigración ilegal».

El también consejero de Economía y Hacienda del Gobierno indicó que se ha incorporado mucha mano de obra foránea al mercado laboral canario, pero, según las cifras facilitadas por la Seguridad Social, en el mes de septiembre «salieron 1.500 emigrantes de Canarias». Además, resaltó que si esta tasa se mantiene, podrían salir entre 15.000 y 18.000 inmigrantes por año.

Por su parte, la portavoz de Coalición Canaria en el Congreso, Ana María Oramas, manifestó ayer que no compartía «ni el tono de la declaración, ni la terminología, ni las expresiones» empleadas por el alcalde de La Orotava, a las que calificó como «una salida de tono a la vista de las connotaciones negativas y peyorativas que ha tenido en el pasado este término».

Asimismo subrayó, en relación a la inmigración ilegal, que «lo que se está produciendo en Canarias, a través de los cayucos, no es una invasión, sino una tragedia humana que no cesa», significando así la verdadera problemática.

En esta misma línea, Oramas también recalcó que la mayoría de los integrantes de las pateras no son «actualmente de origen magrebí – que es con el que se suele identificarse el apelativo citado – , sino de origen subsahariano, tal y como se puede verificar».