Editorial
Prevenir, la receta más segura
Diario de noticias de Gipuzkoa, , 01-12-2008C
ADA primero de diciembre desde hace veinte años, se celebra el Día Internacional de lucha contra el Sida, una jornada para tomar conciencia de los peligros de una enfermedad que, aún hoy, a pesar de toda la información de que se dispone, es la causa de muerte de más de 30 millones de personas en todo el mundo. En nuestro pequeño mundo, en Euskadi, hay más de 10.000 personas afectadas de las que 8.000 se hallan en tratamiento. Pero la realidad es que a finales de este mismo año habrá otras 190 más infectadas por el virus del VIH. La realidad del sida, a pesar del conocimiento que se tiene de él, es bastante desalentadora. Nunca una enfermedad infecciosa mortal pasó a ser controlada como enfermedad cronificada en escasos años, ni nunca antes sucedió con otras enfermedades que se conocieran tan bien sus causas y las medidas preventivas que debían adoptarse para protegerse de su infección. Sin embargo, los casos de contagio siguen aumentando. Y no tanto entre el colectivo homosexual -abanderado de las buenas prácticas en la lucha contra el sida pero sobre la que pesa también la tendencia a bajar la guardia-sino entre personas que mantienen relaciones heterosexuales, incluso en parejas estables. En muchas relaciones sexuales se empieza a jugar a la ruleta rusa; el aumento de enfermedades como la gorronea, sífilis o chancro indican que no se hace el uso debido de las medidas preventivas como el preservativo. Además, preocupa el hecho de que aumenta la población inmigrante afectada por el VIH que, según algunos cálculos, puede alcanzar el 20%, lo que requerirá que las estrategias de prevención tengan que adaptarse a esta nueva realidad. El Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco ya ha adoptado una medida que puede generalizar las pruebas de detección del sida y avanzar en su tratamiento. A partir de febrero, una prueba que se podrá realizar en una veintena de farmacias permitirá en menos de quince minutos conocer si existe contagio. Y saberlo tiene una indudable importancia para la eficacia del tratamiento curativo. Son ventajas de las que se benefician los países occidentales ya que, en otras partes del mundo, siguen sin poder acceder a una medicación que ha convertido al sida en una enfermedad crónica y no en sinónimo de muerte.
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