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Un portero acusado de romperle la nariz a un joven marroquí alega que este ya había llegado herido al pub
La Voz de Galicia, , 25-11-2008El portero de un pub de la coruñesa zona de copas del Orzán acusado de romperle la nariz a un joven marroquí negó ayer los hechos en un juicio en el que el fiscal pide para este profesional de la seguridad una condena de dos años de prisión.
Los hechos ocurrieron a las tres de la madrugada del 25 de julio del 2004 a las puertas del pub Club Coruña. Según declaró la víctima, se presentó acompañado de un compatriota a las puertas del establecimiento. Cuando se disponían a entrar, el procesado le negó la entrada, diciéndole: «El jefe no quiere que entren inmigrantes en el local», según comentó el joven, que insistió en entrar. «Sin más, me dio un puñetazo en la nariz y perdí el conocimiento durante unos segundos», añadió.
Posteriormente – siempre según la víctima – , una vez personada en el lugar de los hechos una dotación de la Policía Nacional y, aprovechando un descuido de los agentes, el imputado «roció sobre mis ojos un líquido con un espray». Como consecuencia de la agresión sufrida, el joven marroquí resultó con fractura de los huesos propios de de la nariz y una herida incisa en la nariz. Invirtió en su curación 14 días, durante los cuales estuvo impedido para el desempeño de sus ocupaciones habituales.
Sorprendido
El amigo de la víctima dijo exactamente lo mismo. No así el procesado, que negó haber golpeado a nadie. Dijo que cuando llegaron los jóvenes marroquíes él no se encontraba en el establecimiento. Llegó cuando ya estaba la policía. Y se sorprendió al ver que el herido lo apuntaba a él como el agresor. Tampoco asumió haber echado espray alguno en los ojos del agredido. Luego, según comentó, se enteró de lo sucedido. «Cuando llegaron a las puertas del pub, uno de ellos ya sangraba por la nariz, de ahí que no les dejasen entrar», afirmó. Pero no solamente por la sangre. Según dijo, «esos jóvenes habían robado bolsos en el negocio días atrás».
Otro de los porteros que se encontraba en la entrada del establecimiento manifestó que, en efecto, el procesado no estaba cuando llegó la víctima «con sangre en la nariz».
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