BERLÍN. Los Verdes, el primer partido ecologista del mundo en llegar al poder en una potencia europea, volvió a escribir ayer un pequeño gran capítulo en la historia política moderna de Alemania, al elegir por una amplia mayoría a Cem Özdemir, hijo de inmigrantes turcos, como copresidente del partido.

En el marco de un congreso realizado en Erfurt, 79.2% de los delegados hicieron posible que un partido representado en el Parlamento federal sea dirigido por un musulmán nacido hace 42 años en la pequeña ciudad suava de Bad Urach. Junto a Özdemir, Los Verdes confirmaron en la presidencia a Claudia Roth, que está al frente de la organización desde 2004.

La decisión de Los Verdes, que lograron llegar al poder en 1998, cuando formaron una alianza con el SPD para elegir a Gerhard Schroeder como canciller, marca un hito en la agitada vida política alemana, donde nunca antes un hijo de inmigrantes había ocupado un alto cargo en un partido con representación parlamentaria.

La elección de Özdemir en un país donde viven unos 15 millones de extranjeros, de los cuales 2.7 millones son turcos, tiene también una importancia crucial para Alemania, que nunca ha logrado enviar un sincero mensaje de reconciliación a la minoría turca.

La extraordinaria carrera política de Özdemir se inició en 1994 cuando llegó al Parlamento federal como diputado de Los Verdes. A lo largo de dos legislaturas, Özdemir se convirtió en un respetado portavoz de su partido en política interior, pero en 2002 renunció a su cargo en el Bundestag, a causa de dos pequeños escándalos, por haber recibido un crédito de un empresario de relaciones públicas y utilizado para uso privado las millas aéreas acumuladas como parlamentario.

Özdemir eligió como purgatorio el Parlamento Europeo, donde se rehabilitó como apasionado abanderado de la inmigración y las aspiraciones de Turquía a ingresar a la UE, pero también en grandes temas de política internacional.

Özdemir fue vicepresidente de una comisión parlamentaria que investigó las operaciones encubiertas que realizó la CIA en Europa.

En vísperas de su elección, Özdemir fracasó en su intento de ser incluido en una lista de candidatos para las próximas elecciones nacionales, una derrota simbólica que no impidió que el suavo de Anatolia, como le llaman en el partido, se convirtiera en el primer jefe de un partido alemán de origen turco. Una pequeña gran sensación.

 
 

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