El primer grupo está integrado por 268 nicaragüenses y hondureños.

Un grupo de 268 personas, entre nicaragüenses y hondureños, ingresó ayer al país para trabajar en la cosecha de caña, según informó la Dirección General de Migración y Extranjería. La llegada de los denominados braceros fue gracias a la gestión que los representantes de los ingenios salvadoreños hacen en esos países para contratar mano de obra.

Ayer, desde las 11:15 de la mañana, personal de extranjería viajó hacia la frontera de El Amatillo, en Pasaquina (La Unión), para documentar el ingreso de cada uno de los trabajadores. “Estamos aquí para garantizar que el trámite sea ágil”, manifestó Alberto Hernández Valle, jefe de delegación.

Los extranjeros aseguraron sentirse agradecidos con la oportunidad, ya que en sus países este trabajo es poco remunerado.

De forma ordenada uno a uno fueron bajando de los buses para formarse en filas, según lo indicaba el personal de Migración.

Los rostros de los trabajadores, además de evidenciar el cansancio por el viaje, denotaban la esperanza en obtener suficiente dinero para sufragar los gastos de sus familias. Para algunos, la experiencia no es nueva.

“Esta es la tercera vez que vengo a trabajar. Decidí regresar porque económicamente siempre nos va bien”, comentó Carlos Javier Moncada de 43 años, originario de Choluteca, en Honduras. El padre de ocho hijos destacó que el atractivo de venir a El Salvador es el buen trato que reciben: “Eso motiva regresar”.

Dentro del grupo, seis mujeres estarán a cargo de la elaboración de sus alimentos. El próximo sábado está previsto que ingrese un segundo grupo de 450 personas.

Este es el cuarto año que Migración autoriza el ingreso de trabajadores para la zafra. En 2005 fueron 360 personas; en 2006 fueron 1,365; y el año pasado, 1,127.