Por si no todo estaba inventado, quizá motivado por la crisis económica, un nuevo negocio puesto en práctica por dos vecinas de Fuente Álamo ha sido rápidamente desarticulado por la Policía Local. Se trataba de aprovecharse de las penurias de muchos inmigrantes de la Región, con el agravante de que los sufridores eran sus propios hijos. Después de las informaciones recibidas por los servicios sociales municipales de que dos viviendas del casco urbano estaban siendo utilizadas como guarderías pirata, la actuación de la Policía Local ha terminado por clausurar esta actividad ilegal.
Según fuentes municipales, al tener noticias de estos hechos, los agentes se personaron en ambos domicilios pero no hallaron rastro de los niños, al parecer por que los propietarios se habrían encargado de devolver los menores a sus familias al enterarse de que alguien había dado el chivatazo a las autoridades.
Así las cosas, la Policía Local no ha podido formular acusaciones contra las propietarias, pero sí mantiene la vigilancia para que no se repitan las custodias ilegales de los niños. Según la información a la que accedió el Ayuntamiento, en cada una de las dos casas se cuidaba una decena de niños, a veces hasta más de ocho horas y los fines de semana. Los padres habrían abonado a estas vecinas, muy conocidas en el pueblo, entre 7 y 9 euros mensuales. Llevaban los niños al colegio, les daban de comer y dormían en distintas dependencias del domicilio, la cocina incluida.
En esta situación, en que los servicios municipales son conscientes de que los padres no van a poder dejar de nuevo a sus hijos en estas guarderías clandestinas, el Ayuntamiento recordó que en Fuente Álamo existen tres guarderías, dos privadas y un centro de conciliación municipal. Con las ayudas públicas vigentes, no se pagarían más de 20 euros al mes.