La UE blindará fronteras terrestres y aéreas de Mauritania bajo la supervisión española

El Mundo, OLGA R. SANMARTIN, 16-11-2008

Dará ocho millones al país africano para reforzar puestos de control e informatizar los aeropuertos Mauritania va a hacer reformas en sus fronteras. El principal puerto de salida de la inmigración ilegal no intensificará por ahora la vigilancia en sus costas – por donde sale el 90% de los cayucos que llegan a España – , pero sí blindará las principales vías de acceso terrestre y aéreo. Por ellas, se cuelan cada año miles de senegaleses, malienses, nigerianos y ghaneses que utilizan este país africano como tránsito en su ruta hacia Europa.


La república islámica informatizará sus aeropuertos y modernizará y multiplicará sus puestos de control en las carreteras. Y lo hará con la ayuda financiera de la UE y bajo la supervisión de las Fuerzas de Seguridad españolas, según explicaron a EL MUNDO fuentes próximas al dispositivo.


Autoridades comunitarias, españolas y mauritanas han llegado a un acuerdo por el que la UE se compromete a entregar ocho millones de euros para las obras a la junta militar que, desde el pasado 6 de agosto, gobierna en el país africano tras dar un golpe de estado.


En el convenio se establece que toda la operación la organice y la dirija España, que es el principal receptor de las travesías clandestinas procedentes del Africa Subsahariana y, por tanto, el primer interesado en frenar estos flujos migratorios. Así, un equipo de policías españoles se desplazará en breve a Nuakchot, la capital, para poner en marcha la iniciativa.


Con los ocho millones de euros se pretende reforzar la seguridad en las fronteras – sobre todo con Malí y Senegal – de un país donde la rama magrebí de Al Qaeda campa a sus anchas y donde no es difícil cruzar de una nación a otra sin que nadie te pida el pasaporte.


Los escasos puestos fronterizos existentes son casetas de uralita medio derruidas en donde los gendarmes sestean y apuntan quién pasa en un cuaderno. Alguno está dotado con un ordenador, pero no hay internet y los guardas tienen que ir de un lado para otro con los datos en un disquete.


Los aeropuertos tampoco están mucho mejor. No hay nada informatizado y el registro de las entradas y salidas se hace directamente a bolígrafo. La idea es que se cree una base de datos digitalizada a la que puedan acceder los agentes españoles.


Mauritania tiene estos dos puntos débiles y la oferta de la UE es difícil de rechazar. Y más en el tira y afloja diplomático que mantiene con varios gobiernos desde el golpe de estado.


La UE, EEUU y la Unión Africana han amenazado en varias ocasiones con cortarle la financiación si no libera al presidente depuesto, Sidi Mohamed Uld Sheij Abdalahi. Estados comunitarios incluso han cancelado algunos proyectos de cooperación. La cuestión no es baladí, ya que la UE iba a enviar, hasta 2013, 461 millones de euros en ayuda al desarrollo y en acuerdos pesqueros. El 20 de octubre, dio un ultimátum y avisó de que pondría en marcha todo tipo de sanciones si en un mes no se restablecía la democracia.


La junta militar respondió el pasado jueves trasladando al ex jefe del Ejecutivo a su casa en su pueblo natal, Lemden, al sur de Nuakchot. Sigue bajo vigilancia, pero puede recibir visitas. Algunos creen que detrás de este pequeño – Francia lo ha considerado «insuficiente» – pero significativo gesto están los ocho millones de euros que va a administrar nuestro Gobierno. Aunque España condenó el golpe, ni ha arremetido contra la junta militar ni ha retirado sus ayudas, a diferencia de otros países. «Queremos favorecer una actitud constructiva», esgrimen en el Ministerio de Asuntos Exteriores.


Nuestro país tiene un despliegue marítimo y terrestre de forma permanente en Mauritania desde que, en 2006, se disparara el número de cayucos llegados a Canarias procedentes del Africa Subsahariana. A día de hoy, en Nuadibú (ciudad del norte desde donde parten las embarcaciones) hay 25 miembros de la Guardia Civil, una patrullera, un helicóptero y un avión alquilado a Frontex. Los miembros del Instituto Armado patrullan junto a los gendarmes mauritanos y les forman en la lucha contra las mafias. Además, les han regalado ya cuatro patrulleras, tres todoterrenos, un autobús y 25 ordenadores.


En sólo cuatro años, la ayuda española al desarrollo ha pasado de los cuatro millones de euros a los 11 millones. A cambio, se espera una respuesta positiva por parte de Mauritania: fundamentalmente, que vigile sus fronteras, acepte las repatriaciones y respete a los barcos españoles que pescan en sus aguas.

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