Con las manos en la masa
El ecuatoriano afincado en Durango Xavier Sarmiento trabajó para ETB en un viaje a su país para dar con la familia de sus compatriotas muertos en el atentado de ETA en Barajas. Texto y foto Iban Gorriti
Deia, 15-11-2008La inmigración internacional, como antes la estatal, continúa aportando riqueza social a Durango. Un caso es el del ecuatoriano Xavier – con ‘v’, porque en Ecuador se escribe así – Sarmiento. Sus más de cuatro años en Bizkaia le convierten en un vasco integrado, una mente curiosa por abordar el euskera por los cuernos, por colaborar para ETB en un programa sobre sus compatriotas muertos en el atentado de ETA a Barajas, por tomar parte en otro espacio televisivo íntegro en euskera de una cadena de Zarautz…
Sarmiento se niega a ser un llegado que sólo se relaciona con los vizcaínos en sus horas de trabajo, por cierto, en la exquisita pastelería Bidaguren de Gernika.
Para empezar, tiene un hijo nacido en Durango, donde reside, y él mismo echa en cara a los ‘nuevos vascos’ su forma de actuar en grupo de origen y sin interés por dar el primer paso para la integración local.
Este joven de 36 años disfruta con una buena charla y a ser posible en la que aprenda algo nuevo. “En el programa de gastronomía de Zarautz lo pasé mal cocinando un ‘Seco de chivo’, plato típico de Ecuador. Disfruté pero como era en euskera y yo llevaba aprendiendo sólo un año en AEK… Ahí me veías: Tipulak txikitu eta orain… ¡Con lo que me gusta hablar, me veía maniatado!”
Sarmiento procede de Santiago de Guayaquil, la ciudad ecuatoriana más poblada con 3,3 millones de habitantes en su área metropolitana. Estudió Derecho pero acabó abandonando la carrera y tras diferentes vivencias en Estados Unidos o Madrid, aterrizó en Bilbao, Gernika y Durango. “Vine a visitar a un tío mío a Gernika y me gustó tanto esto que no me lo pensé”, manifiesta. Del 1 al 8 de febrero de 2007 trabajó para ETB. Fue un guía de lujo para un documental tras el atentado a la T4 de Barajas del 30 de diciembre de 2006. “Se estuvo dando tres minutos al día en el teleberri”, explica.
En siete días no pararon de viajar por Ecuador. Dieron con la familia de los dos muertos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio, en las ciudades de Ambato y Machala. La cadena le ofreció más proyectos, pero Xavier prefiere estar con las manos en la masa, rodeado de pasteles, oficio que aprendió tras comenzar como repartidor.
“Me gusta Euskal Herria. Aquí tengo amigos, en Madrid sólo eran extranjeros. Mi relación siempre ha sido y es muy buena con los rumanos. Pero lo de que los vascos son fríos me parece un cliché, nada que tenga que ver con la realidad”, asegura. Uno de sus primeros referentes fue Karlos Argiñano.
“En Ecuador daban televisión española por la noche y lo veíamos. Me gusta cómo explica todo con humor”. La misma salsa le pone él para vender los tradicionales ori – baltzak de su pastelería. Hace breves fechas tuvo que afanarse a cocinar seis mil de estos dulces para Emakunde por la celebración en el Euskalduna de los veinte años del instituto de la mujer.
Pero no todo es dulce. Este durangarra también ve aspectos que no le gustan en la villa. Le cuesta, pero señala actitudes que detesta como es la suciedad. “Se tiran las cosas al suelo, una colilla por la ventana del coche… Se ensucia gratuitamente. Me sorprende que en parque infantiles como el del bidegorri los padres echen colillas al suelo”. No obstante, Sarmiento prefiere quedarse con todo lo positivo. “Es que de aquí, me gusta casi todo”, lo dice un hombre de mundo.
la frase
“Vine a visitar a un tío mío a Gernika y me gustó tanto esto que no me lo pensé”
Xavier Sarmiento
Ecuatoriano afincado en Durango
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