M. (19 años), francesa de origen argelino, ha sido «liberada» por la policía judicial del infierno familiar y ha presentado contra su madre y sus hermanas una querella por «secuestro y violencias agravadas» para escapar a la tiranía que intentaba imponerle un «matrimonio tradicional».

La historia empezó hace un año, cuando la madre la amenazó con un cuchillo si la joven continuaba «saliendo» con un joven de su edad, francés no musulmán. La joven de origen argelino, nacida y crecida en una familia musulmana, en las afueras de Toulon, decidió oponerse a un matrimonio «tradicional», que sus padres habían «negociado», sin su consentimiento, con un argelino de cerca de cuarenta años.

El argelino a quien se había prometido como esposa una joven virgen, comenzó a impacientarse ante las «promesas incumplidas». Inquietos, los padres intentaron convencerla «por todos los medios». A la vista del rechazo de la joven, la madre decidió hacerla «entrar en razón» de la manera más «expeditiva»: a palos.

Antes de que M. decidiese huir de casa y pedir socorro a la policía, tras varias semanas de «martirio», su madre le atizaba paliza tras paliza. Las hermanas – de 14 y 16 años – sujetaban físicamente a la «acusada», a quien la madre golpeaba con una correa, intentando «hacerla comprender». M. decidió huir del domicilio tras una paliza más grave: su madre llegó a marcarle el rostro con un cuchillo y le hizo varias heridas entre los muslos y el vientre, cerca del pubis.

M. pidió socorro a la policía. En un principio, la familia negó las agresiones, acusando a la joven de ser una «golfa». El examen ginecológico ordenado por el juez ha permitido confirmar que M. había sido herida en el sexo con un cuchillo. El Tribunal de Toulon ha ordenado la instrucción de un proceso contra la familia por «secuestro y violencias agravadas».