Diecisiete años de cárcel para los dos jóvenes que quemaron viva a una indigente

La rociaron de líquido inflamable en el interior de un cajero automático de Barcelona

Diario Vasco, , 12-11-2008
La Audiencia de Barcelona ha condenado a 17 años de prisión por un delito de asesinato a Oriol Plana y a Ricard Pinilla, los dos jóvenes que en diciembre de 2005, junto a un menor de edad, rociaron con líquido inflamable y quemaron viva a una mendiga en un cajero automático de Barcelona. El tribunal argumenta que la aplicación de la pena de asesinato se toma en consideración del «dolor intenso causado a la víctima y la gravedad de los hechos», que acabaron con la muerte de María Rosario Endrinal a los 50 años de edad.

Frente a las alegaciones de los dos acusados durante el juicio, en el sentido de que nunca pretendieron matar a la mujer y que su intención era sólo molestarla, el tribunal rebate que los jóvenes «actuaron conscientes de la altísima probabilidad de la muerte y no obstante actuaron en consecuencia y con el resultado antedicho». Argumentan además los jueces que la víctima carecía de posibilidades de defensa. «Se hallaba tendida en el suelo del cajero, dormitando, por lo que se hallaba en situación de desvalimiento».
Si bien los magistrados consideran que Plana y Pinilla eran muy jóvenes cuando cometieron el crimen 18 años ambos resaltan también que su conducta fue «in crescendo y por turnos, distribuidos y aceptados por los intervinientes, a modo de violencia jocosa, sin límite, en proceso de degradación ajena, del más débil».
«Urdieron una trampa»
La sentencia considera probado que los jóvenes atacaron a la víctima sobre las 01.40 horas del día 16 de diciembre de 2005 con diversos objetos, como una naranja, una botella de plástico con restos de líquido y dos conos de señalización viaria. También afirma que, tras este primer ataque, Plana y Pinilla y el menor «urdieron una trampa» con el objetivo de engañar a María Rosario Endrinal y para que ésta les abriera el cajero automático en el que estaba encerrada intentando dormir. Así, el menor, al que no había visto antes la indigente, golpeó la puerta del habitáculo con gestos de necesitar utilizar el cajero automático para que la indigente le dejara pasar mientras los otros dos jóvenes estaban escondidos.
Previamente, Pinilla y el menor se apoderaron de un bidón que estaba en un andamio cercano y que contenía «como mínimo» cinco litros del disolvente Universal 039, compuesto de acetona, acetato de etilo, metanol y tolueno, sustancias que aceleran la combustión, y que los acusados olieron «con plena conciencia de la alta probabilidad de acabar con su vida» (de la indigente).
Dice la sentencia que, tras verter el líquido cerca de la mujer, Pinilla procedió a tirar un colilla que portaba, causando una potente deflagración que incendió a la mujer, momento en que los dos acusados y el menor abandonaron el lugar «sin que ninguno de ellos auxiliara o requiriera el auxilio para la víctima».
Por este crimen ya fue condenado el menor de edad en el momento de ocurrir los hechos Juan José M., que cumple ocho años de internamiento en un centro, la máxima pena que se puede imponer a los menores de 18 años. EFE

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