Agentes de la Ertzaintza detuvieron el pasado domingo por la tarde en Bilbao a un hombre acusado de estafar y agredir sexualmente a una mujer. La víctima acudió a la consulta del arrestado para que le ayudara a encontrar trabajo gracias a sus presuntas dotes como vidente africano. Pagó una cantidad cercana a los 300 euros por los servicios prestados y por un brebaje, y empezó a sospechar que se trataba de un timo cuando el supuesto hechicero le pedía más dinero. Además, durante el rito, tuvo que desnudarse y fue sometida a tocamientos en sus órganos genitales.
Según ha informado Interior, el incidente tuvo lugar el pasado martes en la consulta, ubicada en un céntrico barrio de Bilbao, de un vidente africano especializado en magia negra. La víctima sostiene que el maestro santero le dijo que confiara en él y que siguiera sus instrucciones. Luego, encendió un barrita aromática que, al parecer, provocó un estado de mareo y semiinconsciencia en la mujer. Posteriormente, le ordenó que se desnudara y comenzó a recorrer su cuerpo con las manos y a tocar sus genitales.
La actitud del vidente sorprendió a la mujer, que decidió abandonar el lugar teniendo que abonar previamente 250 euros por unos botellines que contenían un brebaje y otros 40 euros por la consulta. Al día siguiente, el santero telefoneó a su clienta para exigirle otros 300 euros, ya que los botellines que le había dado eran defectuosos.
La mujer entregó la cantidad, pero decidió prescindir de sus servicios. Sin embargo, el santero le comunicó que el trabajo de magia negra ya había sido realizado, por lo que le exigía otros 780 euros más.
Papeletas de publicidad
Ante el temor de haber sido víctima de una estafa, la mujer denunció los hechos a la Ertzaintza, que arrestó al presunto autor durante la tarde del pasado domingo. El sospechoso, de 27 años, fue trasladado a dependencias policiales para realizar las correspondientes diligencias y posteriormente ser puesto a disposición de la autoridad judicial.
En los últimos tiempos han proliferado los videntes en Bilbao, algunos de los cuales entregaban papeletas de publicidad por la calle. Hasta ahora, sin embargo, ninguno había sido denunciado por estafa.