La estricta protección de la ciudad autónoma de Melilla ante los últimos intentos de entrada por la fuerza de dos centenares de inmigrantes ilegales constata la eficacia del operativo dispuesto por los responsables del control fronterizo. Sin embargo, la reiteración de los incidentes subraya que Melilla ha vuelto a convertirse en un punto conflictivo en la gestión de la inmigración clandestina. Las sucesivas avalanchas contra la verja en el plazo de tres semanas y el incremento del número de inmigrantes en ellas reflejan que al otro lado de la demarcación fronteriza se ha extendido la voz sobre la precariedad de la valla y, en consecuencia, sobre la posibilidad de que alguno de los intentos masivos pueda acabar en éxito. La gravedad de la situación requiere, en consecuencia, tanto un refuerzo de los medios materiales y personales desplegados, como trasladar un mensaje nítido sobre la imposibilidad de que puedan fructificar la tentativas.