En torno a unos 200 subsaharianos intentaron acceder a Melilla a las 05.30 horas de ayer por el paso fronterizo de Beni Enzar. El elevado número de inmigrantes y la forma de actuar de algunos, con palos, ladrillos y piedras, obligaron a las Fuerzas de Seguridad del Estado a utilizar con contundencia medios antidisturbios para abortar la entrada.

No obstante, hubo un segundo intento protagonizado poco después por 60 subsaharianos, que trataron de acceder «a la desesperada», es decir, con piedras y palos. A partir de ese momento, se produjeron los choques más violentos. El enfrentamiento se saldó con dos guardias civiles contusionados y siete policías afectados por los gases lacrimógenos.

El tráfico desde Nador a Melilla por Beni Enzar se restableció en torno a las 6.55 horas y 35 minutos más tarde todo funcionaba como de costumbre.

Desde que la valla cediera por las lluvias del pasado 26 de octubre se ha reforzado la vigilancia fronteriza con 36 guardias civiles adicionales. Pero pese a todo, los subsaharianos han protagonizado ya siete intentos de entrar en Melilla.

El primero se produjo el 27 de octubre, a la mañana siguiente de los aguaceros, pero el de ayer fue el más numeroso, y también el más violento.