Nueva avalancha en Melilla
200 subsaharianos tratan de entrar en la ciudad armados con palos y piedras La Policía empleó gases antidisturbios y pelotas de goma contra los asaltantes
El Correo,
,
11-11-2008
Después de años de relativa calma, Melilla ha vuelto a convertirse en punto caliente de la inmigración irregular. Cerca de 200 subsaharianos intentaron acceder ayer por la fuerza a la ciudad autónoma en dos avalanchas registradas a las 5.30 y a las 8.00 horas en el paso fronterizo de Beni Enzar, el más importante entre la ciudad y la provincia marroquí de Nador. El elevado número de inmigrantes y la «agresividad» de algunos de ellos, que iban armados con palos, ladrillos y piedras, obligaron a las Fuerzas de Seguridad a utilizar con contundencia medios antidisturbios como gases lacrimógenos y pelotas de goma para abortar la entrada masiva.
Se trata de la séptima avalancha de inmigrantes que se registra en la ciudad autónoma en apenas dos semanas, desde que el pasado 26 de octubre las fuertes lluvias que se registraron la zona dejaran muy maltrecha la valla fronteriza. Este ‘agujero’ de unos 30 metros de longitud, que las administraciones españolas y marroquíes aún tratan de reparar de forma definitiva, ha supuesto un acicate para los grupos de subsaharianos que esperan junto a la valla una oportunidad para entrar en España.
La repetición de los asaltos y la creciente agresividad que muestran los inmigrantes llevó ayer al delegado del Gobierno en Melilla, Gregorio Escobar, a decretar el nivel de «alerta máxima» en el perímetro fronterizo, que ha sido reforzado con destacamentos especiales de la Policía Nacional y de la guardia Civil desplazados en algunos casos desde la Península.
«A la desesperada»
El primero de los dos asaltos a la valla, en el que participaban unas 150 personas, se registró poco después de las cinco de la mañana. La «rápida actuación» de los efectivos policiales, destacó Escobar, impidió el acceso del grupo a territorio español. Los agentes lograron cerrar a tiempo las puertas del control fronterizo.
El segundo, tres horas después, fue más violento. La Policía española y la Gendarmeria marroquí emplearon material antidisturbios para frenar al medio centenar de inmigrantes que trataba de acceder a España, la mayoría de ellos ya presente en el intento de asalto anterior. Según fuentes policiales, los subsaharianos iban esta vez «a la desesperada», armados con «palos, piedras y ladrillos». Los agentes utilizaron contra ellos pelotas de goma y botes de humo.
El enfrentamiento se saldó con dos guardias civiles contusionados y siete policías afectados por los gases lacrimógenos, pero ninguno fue dado de baja y todos se reincorporaron poco después a sus puestos de trabajo. El número de heridos entre los inmigrantes se desconoce con exactitud, aunque fuentes marroquíes aseguran que se atendió a catorce personas.
El delegado del Gobierno en la ciudad autónoma destacó que, a pesar de que se trataba de la avalancha más numerosa de los últimos intentos, ninguno de los inmigrantes parece haber conseguido su objetivo de acceder de forma irregular a España.
(Puede haber caducado)