Alemania recuerda noche de los cristales

La canciller Angela Merkel alerta contra el antisemitismo

El Universal, 10-11-2008

BERLÍN. En la noche de un 9 de noviembre, hace 70 años, que quedó grabada en la historia colectiva de Alemania, miles de fanáticos nazis se lanzaron a las calles para quemar sinagogas, destruir locales comerciales y atacar a sus propietarios judíos. El ataque, que fue bautizado por la propaganda nazi como la Kristallnacht (noche de los cristales), en alusión a los restos de ventanas y vitrinas que tapizaban las calles, marcó el comienzo de la exterminación masiva de los judíos en Europa.

Cuando los disturbios llegaron a su fin, miles de hogares, negocios y sinagogas habían sido destruidos por las llamas o saqueados por hordas de fanáticos que actuaron ante la mirada cómplice de la policía y los bomberos. Según los archivos históricos, más de 100 judíos murieron en la noche del 9 de noviembre de 1938 y otros 30 mil fueron enviados a campos de concentración.

La dictadura justificó los ataques como un arranque espontáneo de violencia popular en respuesta al asesinato de un funcionario de bajo rango en la embajada alemana en París, que murió el 9 de noviembre a causa de los disparos de Herschel Grynszpan, un judío polaco.

Cuando la noticia de la muerte del diplomático llegó a Berlín, Goebbel visitó a Hitler para diseñar un plan de acción. El resultado de la conversación se puede leer en su diario: Le expongo el asunto al Führer. Él decide: permitir las demostraciones y retirar a la policía. Los judíos deben sentir la ira popular, escribió el ministro de Propaganda.

La dictadura culpó a los propios judíos de la violencia que azotó al país y comenzó a promulgar decenas de leyes para forzar la arianización de todas las empresas de propiedad judía.

El pogromo contra la comunidad judía del 9 de noviembre, y en esto están de acuerdo todos los historiadores, marcó un punto de inflexión en la política antisemita que nació inmediatamente después de la llegada de Hitler al poder en 1933, y preparó el terreno para lo que sería el Holocausto, el asesinato sistemático de los judíos que vivían en aquella época en los territorios controlados por los nazis.

Setenta años después, la canciller Angela Merkel recordó, en el marco de una ceremonia solemne, el horror que vivió la población judía en la famosa Kristallnacht, pero la canciller advirtió sobre el nuevo peligro que acecha a la nación germana: la indiferencia de la población ante el racismo y el antisemitismo, que han vuelto a echar raíces en el país.

En un acto realizado en la sinagoga de la Rykestrasse, uno de los pocos templos que no fue destruido en Berlín, Merkel, junto con recordar que el pogromo del 9 de noviembre de 1939 abrió la puerta a lo que llamó, la catástrofe de todas las catástrofes, envió un severo mensaje a sus compatriotas y al continente. La xenofobia, el racismo y el antisemitismo no deben tener nunca más cabida en Europa, dijo.


 
 

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