¿Y los Obamas de Europa?
El País, 09-11-2008La elección del afroamericano Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos está generando un debate en el Reino Unido y Francia, entre avergonzado y admirativo, sobre la posibilidad de que en Europa la inmigración llegue un día tan alto.
La Fabian Society británica augura que en las próximas elecciones el número de parlamentarios africanos o asiáticos pasará al menos de los 15 actuales a 25, repartido ese crecimiento entre el Nuevo Laborismo del premier Gordon Brown y el conservadurismo de David Cameron.
Un 7,5% de la población británica pertenece a alguna minoría étnica – mientras que en Francia es del 10% – lo que se compara con un 13% de negros en Estados Unidos; pero si a ese número se le suman hispánicos y asiáticos, la cifra pasa de un 30% de norteamericanos que no son blancos.
En Francia, donde no hay un solo alcalde negro, la discusión vibra en la izquierda. Faysal Douhane, del Consejo Nacional del Partido Socialista, afirma que la dirigencia franco – francesa del PS argumenta que la opinión aún no está preparada para votar a candidatos de color y “hay que ser prácticos”. En la banlieue parisiense, tan próxima siempre a la explosión, Dris Ait Yusef, de origen magrebí, y ex candidato de una lista municipal de izquierda independiente, dice que la elección de Obama “ha sido una bocanada de aire puro, que hace pensar: yo también puedo llegar”.
Pero no hay que pasarse. Adam Afriyie, de 43 años y diputado tory en los Comunes, duda de que ningún negro vaya a ser primer ministro en su tiempo.
En Alemania e Italia el debate no ha prendido todavía, y no digamos en España. Pero las circunstancias mandan.
Condoleezza Rice, secretaria de Estado norteamericana, es la cuarta de su familia en ir a la Universidad, y la ciudadanía negra lleva como media dos siglos en Estados Unidos, mientras que en Francia y el Reino Unido apenas medio siglo; en Alemania, la emigración lleva también ese tiempo, turcos sobre todo, pero han sido mayores las dificultades para nacionalizarse; e Italia y España son de inmigración reciente. Pero, quizá, ha nacido ya el Obama europeo; o al menos, valdría la pena que así fuese.
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