Procesan a un pakistaní acusado de la muerte de su hija de tres meses en Haro

El imputado, para quien Fiscalía pide 18 años, declaró en su día que el bebé se le cayó de las manos al cambiarle el pañal y los forenses sostienen que murió de asfixia

El Correo, J. L. D. Logroño, 07-11-2008

Las diligencias abiertas por un juzgado de Haro a raíz del fallecimiento de un bebé de tres meses han desembocado en el procesamiento del padre de la pequeña, un súbdito pakistaní de treinta años a quien la Fiscalía imputa en su escrito de conclusiones provisionales un delito de asesinato por el que formula una condena de dieciocho años de cárcel.
Los hechos que en su momento juzgará la Audiencia Provincial de La Rioja se remontan a la noche del 20 de mayo de 2007, cuando la pequeña fue trasladada inconsciente desde el domicilio familiar al servicio de Urgencias del Centro de Salud de Haro, donde puedo ser reanimada, y ante su delicado estado de salud fue derivada posteriormente al centro sanitario de Cruces, en la capital vizcaína, donde falleció a las pocas horas de una parada cardiorrespiratoria.
La niña presentaba un golpe en la frente y otro en la mejilla, además de algún hematoma en la zona interna de la boca. Unas lesiones, en cualquier caso, que según el resultado de la autopsia que le fue practicada a la pequeña en Bilbao descartan que el fallecimiento sobreviniera a consecuencia de las mismas.
Abandonan Haro
El procesado, que junto a su esposa abandonó el domicilio de Haro después de que se produjeran estos hechos, declaró en su momento ante la titular del Juzgado de Instrucción que la niña se le cayó de las manos cuando intentaba cambiarle el pañal. Una versión un tanto sorprendente, sobre todo si se tiene en cuenta que la habitación en la que se desarrollaron los acontecimientos tenía una cama y lo más lógico hubiera sido colocar a la pequeña sobre ella para efectuar el cambio.
Sin embargo, los peritos forenses sostienen que fue la asfixia homicida y no accidental la que desencadenó el fallecimiento del bebé aquella noche del 20 de mayo, en que la niña estuvo llorando de manera continuada durante un buen rato.
Esta circunstancia, refiere el fiscal en su escrito de calificación, exasperó a su padre, quien tras intentar calmarla en brazos «la zarandeó violentamente, y acto seguido le tapó fuertemente la boca y la nariz» con su mano derecha, perdiendo la menor las constantes vitales del pulso y la respiración. Antes o después de taparle la boca, agrega el representante de la acusación pública, «la niña cayó de sus brazos, golpeándose contra el cabecero de la cama y posteriormente contra el suelo de la habitación.
Piso compartido
El procesado residía junto a su esposa y la pequeña fallecida en una vivienda de la calle Linares Rivas, de Haro, cuando se produjeron estos hechos. Un piso que compartían con otras parejas y matrimonios y en el que tenían derecho a una habitación y al uso en común de la cocina, dependencia en la que precisamente se encontraba la esposa del procesado cuando sobrevino la tragedia.
La niña fallecida, que nació el 27 de febrero de 2007, no había cumplido todavía un mes de vida cuando también hubo de ser atendida en el servicio de Urgencias del Centro de Salud de Haro por rotura del frenillo. Una lesión que se produjo, probablemente, por la «introducción violenta del chupete», según refiere el representante de la Fiscalía.

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