Su objetivo eran pisos sencillos, sin demasiada seguridad y, a poder ser, ocupados por inmigrantes. El método, colocar palillos y pegamento en las cerraduras para luego aplicar el ya conocido sistema del resbalón. Consiste en introducir una radiografía, una lámina de metal o una tarjeta engrasada entre el marco y el lateral de la puerta, justo a la altura de la cerradura, para que así ceda el resbalón y la puerta se abra.

Así actuaba una banda de ladrones que ha sido desmantelada por la Policía Nacional. Los delincuentes están acusados de una oleada de robos en pisos de toda España, varios de ellos en la Comunitat Valenciana.

Las investigaciones se iniciaron el pasado mes de agosto, al detectar los investigadores una serie de robos en casas. El mecanismo era siempre el mismo. Primero elegían la vivienda y luego inutilizaban la cerradura con palillos y pegamento. De este modo, los propietarios no podían cerrar con llave al salir de sus casas.

Entonces los ladrones se aseguraban de que las víctimas se habían marchado. Después regresaban a las viviendas para abrir las puertas con el método del resbalón. En el caso de que fuera blindada, los asaltantes utilizaban otros artilugios para forzarla. Mientras, dos de los miembros de la banda permanecían en el exterior para vigilar y asegurarse de que los propietarios no regresaban.

Una vez en el interior de las viviendas, los ladrones se apropiaban de joyas, dinero, ordenadores portátiles y otros electrodomésticos. En varias ocasiones llegaron a forzar cajas fuertes, según indicaron fuentes de la Policía Nacional.

Los investigadores descubrieron que, al frente de la banda, de origen colombiano, estaba un hombre que había sido detenido en varias ocasiones. Tras salir de prisión fue expulsado de España, aunque regresó con una identidad falsa.


Movilidad por toda España

Mientras avanzaban las pesquisas policiales, los ladrones se desplazaban por todo el territorio nacional. La policía les imputa robos con fuerza en domicilios de Valencia, Castellón, Lanzarote, Madrid, Valencia y Castellón. “Mostraban especial predilección por casas de inmigrantes, a los que vigilaban exhaustivamente antes de perpetrar los asaltos”, explicaron las mismas fuentes.

A finales del mes pasado, los ladrones de la banda regresaron a Madrid procedentes de la Comunitat Valenciana, donde acababan de robar en dos viviendas. En la capital concertaron una cita con el responsable de varias joyerías de compraventa de oro, con intención de sacar dinero de su botín. Eran clientes habituales y el dueño de estos comercios se encargaba de comprarles el material sustraído.

Especialistas de la policía establecieron un dispositivo en torno a estos establecimientos. Finalmente, diez de los ladrones fueron capturados cuando se encontraban en el mostrador de uno de los locales. “Habían expuesto sobre la mesa piezas de joyería con un peso aproximado de medio kilo. Muchas eran piezas usadas, con inscripciones y fechas grabadas”, describieron las mismas fuentes.

Los agentes han practicado cuatro registros, todos ellos en Madrid, en los que se han incautado de numerosos efectos de procedencia ilícita. La policía imputa al grupo de delincuentes ocho robos en toda España, pero el número podría ser mayor, ya que ahora se están investigando otros asaltos cometidos desde finales del mes de agosto.

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