Omar Bin Laden, el hijo del líder de Al Qaida, recurrió ayer contra la decisión del Ministerio del Interior de rechazar su petición de asilo, que previsiblemente volverá a ser desestimada. En un comunicado que ayer hicieron público Omar y su esposa británica, Zaina al Sabah, asegura que es «un hombre de paz» que rechaza las «actividades» de su padre y que no ha cometido «ningún acto de violencia», por lo que considera injusto que no lo acepte ningún país debido a su apellido. El Gobierno británico ya le denegó a principio de año un permiso de residencia.

Después de la negativa española por «evidencia insuficiente de peligro o amenazas a su vida», el matrimonio ya ha pedido la revisión de su caso, pese a que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha asegurado que no se le concederá la condición de asilado político. «Omar es un hombre inocente que nunca ha participado en un solo acto violento y cuyo único deseo es vivir en paz», añade.

Y agrega que «se ha manifestado en contra de la violencia, incluida la de su padre», aunque admite las críticas a la ambigüedad de sus llamamientos a la paz, que justifica porque en la cultura musulmana «los hijos tienen prohibido criticar a sus padres».