Barrio histórico

La doble cara de Lavapiés

El Mundo, CARLOS MEDRANO, 07-11-2008

La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, hizo ayer balance del plan para rehabilitar los edificios de este céntrico barrio madrileño, que continúa sufriendo sus viejos problemas pese al lavado de cara Adentrarse en el barrio de Lavapiés es una experiencia que sumerge al paseante en una realidad muy compleja repleta de matices. El que quizás sea el barrio más auténtico de Madrid, donde se originó el término Manolo para definir a alguien muy castizo, rejuvenece y muere al mismo tiempo. Todo depende de la hora del día y de la esquina que se visite.


Por una parte, ayer se cumplían los diez años desde que se declararon sus calles Area de Rehabilitación Integrada. En virtud de esta denominación, se ha acometido la restauración de los edificios en peor estado de la zona. En ese tiempo, 7.657 viviendas han tenido la oportunidad de experimentar una segunda juventud, que ha conseguido atraer a nuevos vecinos capaces de dinamizar la zona. Sin embargo, de puertas para fuera, sus calles siguen siendo un territorio preferente para mendigos, borrachos y para trapicheos de droga.


De este hecho pudo ser testigo ayer por la mañana la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, o casi. Media hora antes de que la máxima responsable del Gobierno regional se presentara en el barrio para visitar uno de los edificios que su administración ha contribuido a rehabilitar, la Policía arrestaba en la puerta de enfrente a un ciudadano de origen oriental. Los vecinos aseguraron que en su vivienda había un taller donde se hacían copias piratas para el top manta. Sea esto verdad o no, lo cierto es que no es una imagen inusual en Lavapiés.


Cuando llegó Esperanza Aguirre, la presidenta accedió a la corrala recién arreglada y pudo constatar con satisfacción que los fondos ofrecidos por la Comunidad en concepto de ayudas habían sido bien invertidos. Donde antes había desconchones, paredes podridas por la humedad y tejados agujereados, ahora hay muros restaurados y unas condiciones que aseguran la habitabilidad del lugar por mucho tiempo.


En estos últimos diez años, han sido 183 millones de euros – reunidos por la Comunidad, el Ayuntamiento de Madrid, el Ministerio de Vivienda y los propios vecinos – , los responsables de haber convertido a varios edificios en estado de semirruina en lugares dignos. Pero como dijo Aguirre: «no hay nada gratis total», el plan prevé ayudas para los arreglos, no una subvención completa y los propios residentes han tenido que aportar el 40% del coste total de las obras.


«Ahora falta que hagan algo con la calle», pedía una vecina del inmueble recién adecentado. La mujer hacía referencia a la suciedad y la basura que suelen acumularse en las aceras a pleno día. «Hay pisos donde viven hacinados hasta una decena de inmigrantes en condiciones infrahumanas», denunció la residente. En ese sentido, la mujer aclaró que suelen tirar las bolsas de la basura por la ventana y que, si ayer estaba la calle en condiciones, «era porque habían venido los basureros poco antes de que llegara Esperanza Aguirre».


Si es verdad que los servicios de limpieza pasaron antes de que apareciera la presidenta de la Comunidad, lo cierto es que nadie pidió que se marcharan los seis o siete mendigos acampados ante las antiguas Escuelas Pías de San Fernando.


Cuando la responsable regional tuvo que pasar ante ellos para hacer balance del plan en el interior del aulario de la UNED que allí se levanta, éstos le recordaron su cruda realidad a voz en grito. Los indigentes estaban ebrios y no dijeron más que incoherencias. Sin embargo, sirvieron para poner de relieve, una vez más, la cara y la cruz de un lugar donde no acaba de salir el sol para todos.


Algunos de los vecinos observaban la escena entre divertidos y hastiados. «Estos siempre están aquí por las mañana, se tumban en los bancos a beber vino. Me gustaría que se los llevaran a otra parte», reveló un comerciante de la zona en referencia a los sintecho. Por otra parte, se felicitó por la mayor presencia policial, con patrullas a caballo, incluidas. A su entender, han hecho mucho por convertir la zona en un lugar seguro. «Al menos durante el día», concluyó con un suspiro el mismo hombre.


Anécdotas aparte, una vez que Esperanza Aguirre accedió al edificio de la UNED, reveló que se pondría en marcha una segunda parte del plan para recuperar los edificios en peor estado de la región. Este nuevo proyecto se denominará «Rehabilita 2009 – 2011» y supondrá un desembolso de 260 millones de euros. Del mismo modo que el anterior, se buscará una mejora de las condiciones de las viviendas, comercios y equipamientos locales. Asimismo, se podrán solicitar ayudas para instalar ascensores en los edificios que carezcan de ellos. Una buena noticia para las personas mayores.


REHABILITACION DE VIVIENDAS.


Las distintas administraciones han invertido mucho dinero en la rehabilitación de las viejas corralas de Lavapiés, edificios característicos de este histórico barrio. En la imagen, Esperanza Aguirre, segunda por la izquierda, en la visita ayer a una de estas corralas.


INMIGRANTES.


Poco antes de la llegada de Esperanza Aguirre al barrio, la Policía detuvo a un inmigrante chino, al parecer por hacer en un taller copias piratas para el ‘top manta’. Lavapiés tiene una alta concentración de inmigrantes, que suelen vivir hacinados en pisos.


MENDIGOS.


En su visita de ayer a Lavapiés, la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, pasó ante un grupo de indigentes que suelen situarse frente a las antiguas Escuelas Pías de San Fernando. La mendicidad es uno de los problemas del céntrico barrio madrileño.

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