Desconocido. Es la clasificación oficial que tienen más de 900 mexicanos que han muerto en Estados Unidos, desde 2001 a la fecha, en su intento por cruzar la frontera de forma ilegal. Aunque en los últimos tres años la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ha recibido más de 4 mil solicitudes de familias, para localizar a un migrante o verificar archivos forenses.

Son constantes las historias de personas que salieron de sus comunidades y que perdieron todo contacto luego de pasar “al otro lado”; en 924 casos, sus parientes ignoran que están muertos.

Informes de la Cancillería y de los Consulados mexicanos en la frontera con Estados Unidos, dan cuenta de estas cifras.

Entre enero de 2007 y octubre de este año, de los 688 mexicanos que han perdido la vida en territorio estadounidense —uno cada día en promedio—, 149 no han sido identificados, no hay nombre, edad ni lugar de origen, pero forman parte de la estadística, son 36% de las víctimas que fallecieron al pretender ingresar a EU.

En lo que va de 2008, 105 desconocidos ingresaron a esta lista. Sus datos se incluyen ahora en un banco de información genética que permite realizar identificaciones biométricas o a través del ADN; en el caso de la información genética, las muestras de quienes han muerto se comparan con los de personas que buscan a un familiar reportado como extraviado.

Aunque más de un centenar de indocumentados que han fallecido dejaron de ser desconocidos entre abril de 2005 y hasta la fecha, en ese mismo periodo la SRE ha recibido más de 2 mil 800 peticiones de localización de mexicanos en EU y mil 300 para el cotejo en archivos forenses.

Informes de la Cancillería indican que de casi 700 indocumentados que han perdido la vida de 2007 a la fecha, 213 murieron deshidratados; un centenar más perecieron ahogados y 51 fallecieron en accidentes vehiculares.

La mayoría de los mexicanos que integran esta estadística, eran hombres y mujeres que estaban en la etapa laboral más productiva. Es decir, 48% de las víctimas —330 personas— tenían entre 18 y 45 años al momento de su muerte. Un periodo en el que se han reportado 19 decesos de menores de 17 años.

 
 

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