La reunión privada de la XVIII Cumbre Iberoamericana incluyó la discusión del fenómeno migratorio, con acuerdos que no dejaron satisfechos a todos los asistentes.

La atención de los gobiernos iberoamericanos reunidos ayer en San Salvador se centró, por varias horas, en las migraciones hacia Estados Unidos y Europa. La sesión privada de los mandatarios incluyó una fuerte discusión entre gobernantes que marcaron la necesidad de combatir las causas y los que se centraron en los efectos del fenómeno migratorio.

A pesar de que la declaración de San Salvador incluye el tema y se haya acordado una comisión para su seguimiento, algunos mandatarios no se dan por satisfechos.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio “Lula” da Silva, puso el tema sobre la mesa de discusión en la primer plenaria de la Cumbre: “No se puede pedir la libre circulación de capitales e impedir la libre circulación de personas”, en alusión a las medidas migratorias en Europa y EUA.

En ese sentido, el secretario iberoamericano, Enrique Iglesias, se mostró en franco acuerdo con el presidente brasileño, al considerar que el tema se debe analizar desde otro punto de vista.

Por su parte, Evo Morales, presidente de Bolivia, explicó que en la discusión privada este tema fue ampliamente discutido. El mandatario criticó que se trate de combatir la migración sin que haya solución a las causas como la desigualdad. “Lo que nosotros pagamos en sueldo por mes, en Estados Unidos se paga por un día. La migración se da por las diferencias económicas”, insistió, sin dejar de celebrar la decisión de formar una comisión permanente, para buscar soluciones con Estados Unidos y la UE.

Óscar Arias, presidente de Costa Rica, coincidió con la necesidad de combatir causas: “No hay voluntad para resolver porque no se atacan las causas que son la pobreza, que no necesita pasaporte para viajar”.

El presidente salvadoreño, Antonio Saca, señaló la no criminalización. “Retomamos el tema de la Cumbre de Montevideo” dijo. La esperanza del mandatario para la situación de los migrantes salvadoreños en EUA está puesta en quien llegue a la presidencia de ese país para que, en su momento, decida tomar en cuenta la aprobación de una “reforma integral” que permita la legalización.