Los candidatos y la migración

El Universal, 30-10-2008

NUEVA YORK.— En la campaña electoral, los senadores Barack Obama y John McCain rara vez hablaron de inmigración, y el asunto nunca llegó a alguno de los tres debates.


Sin embargo, aunque este espinoso asunto ha retrocedido en la campaña, los dos candidatos siguen refinando su aproximación al tema, especialmente sobre la inmigración ilegal, que es la pieza más políticamente sensible de la ecuación.

Obama, el candidato demócrata, ha endurecido su tono sobre cómo lidiar con los inmigrantes ilegales, en tanto que McCain, el abanderado republicano, ha hecho una prioridad el reforzamiento migratorio, una postura que está en línea con la de la administración de George W. Bush.

Ambos candidatos están respondiendo al enojo que muchos estadounidenses sienten sobre la inmigración ilegal sin controles, incluyendo a los votantes de la clase trabajadora, a quienes los aspirantes a la Presidencia tratan de atraer en los últimos días de la campaña.

Debido a las persistentes grietas políticas y al choque de prioridades relacionadas con revitalizar la economía y relajar la guerra en Irak, los asesores de la campaña afirman que es poco probable que alguno de los candidatos proponga al Congreso un cambio para el sistema migratorio en el primer año de su gobierno, algo que tanto McCain como Obama han prometido hacer.

En cuanto a que la legislación inmigratoria “no sería la primera cosa fuera de la caja” para el nuevo presidente. Doris Meissner, ex comisionada del Servicio de Inmigración Nacional, dijo estar trabajando con un grupo bipartidista de expertos para identificar los cambios que el próximo mandatario podría hacer sin el Congreso.

Tanto Obama como McCain siguen apoyando una legislación que podría incluir un camino a la legalización de casi 12 millones de indocumentados que hay en el país. Como resultado, los grupos que se oponen a la medida, y que movilizaron a votantes básicamente republicanos contra una iniciativa migratoria amplia el año pasado, se están saltando la carrera presidencial para centrarse en las contiendas por el Senado y la Cámara de Representantes, donde esperan evitar que los demócratas obtengan amplias mayorías.

Buscando ampliar el apoyo a la legalización, Obama usa un nuevo lenguaje de ley y orden, adoptado en la convención del Partido Demócrata. Aunque los estadounidenses “reciben bien y son generosos”, dice su discurso, “aquellos que ingresen al país ilegalmente y quienes los empleen, infringen el régimen de derecho”.

En cuanto a McCain ha habido un cambio más drástico en relación con el pasado. El republicano no fue capaz de evitar que su partido adoptara una plataforma en la convención de septiembre que rechazó directamente su apoyo a la legalización. “Nos oponemos a la amnistía”, indicaba su plataforma, al describir que “el pueblo de EU rechaza las legalizaciones en masa”.

 

 

 

 

 

 
 

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