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PALENCIA. El Juzgado de Instrucción número 6 de Palencia dictó ayer una orden de alejamiento para el presunto maltratador de una mujer que ha denunciado ante el juez el «sometimiento cruel» al que le ha doblegado su marido durante 22 años, impidiéndole salir, excepto para ir a trabajar, del domicilio familiar en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro.

Además, el magistrado promulgó una orden de protección para la mujer, que ha tenido que cambiar de imagen «por temor a las represalias», y para sus tres hijos menores de edad, según explicó a la agencia Efe la abogada que lleva este caso de maltrato, Teresa de Prado Torres. La mujer, de 41 años de edad y etnia gitana, abandonó su domicilio en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro con sus tres hijos menores, de 7,8 y 13 años de edad, y llegó a Palencia donde denunció ante la Comisaría Nacional de Policía de la capital los malos tratos físicos y psíquicos a los que la sometía su marido.

Una vez puesto el caso en conocimiento del Juzgado de Guardia de Palencia se tomaron las medidas cautelares necesarias y se procedió a la detención del hombre en Miranda de Ebro, que quedó en libertad provisional a las 72 horas del arresto.

Según relató la abogada de la denunciante, la mujer sólo salía de casa para ir al trabajo y «cualquier movimiento que hiciera era supervisado por su marido que la ha tenido sometida a su voluntad durante 22 años».

Esta situación que han sufrido también los hijos de la pareja que «nunca han ido al cine, ni a un centro comercial, y si salían a dar un paseo tenían que ir acompañados de su padre», añadió la abogada palentina que se ha hecho cargo del caso.

Según la letrada del Colegio de Abogados de Palencia, se trata de una mujer «valiente e inteligente» que ha denunciado una situación de maltrato por parte de su marido durante 22 años con el añadido de que, además, es gitana, «una etnia donde la autoridad del hombre todavía no se cuestiona», insistió Teresa de Prado. Sin embargo, la abogada quiso destacar que ésta no es una situación aislada y precisó que generalmente las mujeres que sufren violencia de género durante mucho tiempo, «viven la misma situación de sometimiento cruel y de anulación de la voluntad por parte de sus parejas», que hay en este caso denunciado.