DV. Con el título Urdaneta. Un viaje de ida y vuelta, el fotógrafo donostiarra Patxi Polo presenta, desde ayer, hasta el 9 de noviembre, en D´elikatuz, una exposición que pretende retratar a los inmigrantes de Asia y del Pacífico, asentados en Gipuzkoa y recoger, cómo nos ven.

La muestra queda enmarcada dentro de las actividades del V Centenario del nacimiento de Andrés de Urdaneta, proyecto que recibía el apoyo del programa de becas (2008), Ruy de Clavijo, que anualmente concede Casa Asia.

Casa Asia es un consorcio público, integrado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Generalitat de Cataluña, más los ayuntamiento de Barcelona y de Madrid. Agrupación institucional dedicada a fomentar el conocimiento y el desarrollo de las relaciones entre España y los países de Asia – Pacífico, en el ámbito cultural, educativo, económico, etc.

El título de la exposición es, en buena medida, metafórico ya que el propósito del autor no es otro que mostrar la importancia y actual vigencia de las corrientes migratorias a lo largo de la historia, migraciones que se producen desde antes del Medievo, hasta nuestros días. La propuesta, en segunda lectura, pretende insistir en el hecho de que de aquellos lugares que exploraron hace siglos gente de nuestra tierra parten, hoy en día, inmigrantes que haciendo el camino inverso llegan hasta nosotros.

Desde ese punto de vista, la exposición trata de mostrar el proceso migratorio como una realidad natural que desde siempre han forjado las distintas culturas y que permanece como una fuerza propia e intrínseca en la historia de la humanidad.

Vida y vivencias

Así las cosas, cada instantánea intenta mostrar la cara humana de varios inmigrantes , algunos de los cuales, subraya Patxi Polo, «regresarán a sus países de origen, con distintas ideas de las que trajeron (ni mejores ni peores, pero sí distintas), y algunos otros permanecerán aquí junto a los que estábamos, con descendientes ya autóctonos que se fundirán con el resto de la población apoyando la estructura social».

Las imágenes e instantáneas se acompañan de textos explicativos donde los retratados confían sus historias al espectador. «Textos, que no han sido definitivos, explica Patxi Polo, hasta que no han recibido el visto bueno de cada protagonista».

El fotógrafo donostiarra (amater) insiste en que «no hace tanto que los vascos hemos sido emigrantes. Ahora somos receptores. Y partiendo de ahí, tomando como excusa a Urdaneta, mi proyecto, reseña, pretendía retratar a los inmigrantes procedentes de Asia y del Pacífico, asentados en Gipuzkoa, un empeño, indica, en el que me he quedado a medias porque los que están en situa – ción ilegal, la mayoría, han preferido, por razones obvias, no participar».

Sea como fuere, la colección cuenta con 17 fotografías y 19 textos, de los que dos paneles, a los que no acompaña imagen alguna, ofrecen un relato que intenta vertebrar y engarzar la vida de los grandes navegantes del siglo XVI con la emigración. «Personalmente, comenta Patxi Polo, le veo a Urdaneta como un emigrante, eso sí, del Renacimiento».

Diecisiete casos, diecisiete vivencias de personas de Hernani, Donostia, Irun, Ordizia, etc, elegidas, en la mayoría de los casos, de un modo u otro, al azar.

Casi una veintena de instantáneas que, desde un punto de vista técnico, Patxi Polo, detalla, «no responden a una estudiada puesta en escena previa. En mis fotografías, enfatiza, hay mucho más trabajo de edición que de exposición, trabajo, fundamentalmente, en el ordenador en el que quito todos los elementos que me estorban».

«No he pretendido, concluye Patxi Polo, promover una muestra reivindicativa. En cualquier caso creo que, al menos, sirve para vernos».