Los destrozos en la valla de Melilla facilitan la entrada de inmigrantes

Decenas de africanos aprovechan los daños de las lluvias en la alambrada

La Vanguardia, JOSÉ BEJARANO - Sevilla , 28-10-2008

Decenas de africanos que esperan en Marruecos una oportunidad para saltar la alambrada que les separa de Melilla no desaprovecharon la ocasión que les brindó ayer el derrumbe de parte del vallado a consecuencia de las lluvias torrenciales del fin de semana. Como consecuencia de las trombas de agua caídas sobre Melilla el sábado y el domingo, que provocaron inundaciones en la ciudad, la alambrada fronteriza se ha derrumbado a lo largo de 30 metros, lo que hace difícil su control si los inmigrantes aprovechan la oscuridad de la noche y lo intentan en tropel. Es lo que hicieron unos 70 y al menos 45 lograron su objetivo. Ya están acogidos en el centro de internamiento de la ciudad española.

Agentes de la policía y de la Guardia Civil, que esperaban algo así por el mal estado de la valla, lograron contener a otros veinte y enviarlos de vuelta a territorio marroquí. Lo ocurrido ayer llevó a redoblar el despliegue de efectivos ante el temor de que se repitan los intentos mientras se realizan los trabajos de reparación.

El salto tuvo lugar a las seis de la mañana, cerca del puesto fronterizo de Beni-Enzar. A continuación, la policía rastreó toda la ciudad en busca de los 45 que lograron eludir el control y aunque a mediodía eran unos 30 los detenidos, ya no fueron devueltos a Marruecos de forma inmediata como les sucedió a los sorprendidos junto a la valla. Las autoridades de Marruecos sólo aceptan hacerse cargo de los que son sorprendidos en el momento del salto.

El delegado del Gobierno en Melilla, Gregorio Escobar, dijo que de todas formas se les aplicará la ley de Extranjería para proceder a su expulsión. Aunque la lentitud del procedimiento hace a los inmigrantes albergar esperanzas de encontrar una vía para quedarse. La rapidez con la que los africanos tuvieron información de los destrozos sufridos en el vallado hace sospechar a las autoridades de Melilla que alguien les avisó. El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, se preguntó “no sé si desde aquí les han avisado” de que faltaban 30 metros de valla y que era el mejor momento de intentar el salto. “Sería una buena cuestión para que investigara las fuerzas de seguridad”, indicó Imbroda.

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