Aumenta el número de necesitados que acuden a la iglesia a por comida y ropa

Los vecinos exigen la ampliación del local social, más limpieza y el arreglo de los desperfectos de la vía pública

La Verdad, ANTONIO LÓPEZ, 28-10-2008

El Ensanche – Almarjal es uno de los barrios más céntricos de Cartagena pero con apenas historia que contar porque los libros se han olvidado de esta zona surgida en los años del desarrollo urbano. A pesar de ello tuvo algo que muchos vecinos aún recuerdan con cariño y es cuando el Cartagena FC, el Efesé, jugaba en los terrenos donde ahora se yergue el hipermercado Carrefour. Desde entonces ya han pasado veinte años y el barrio ha ido cambiando progresivamente.

Sus problemas de ahora no son los de antes. Está poblado por modestas familias trabajadores y en esta época sufren las consecuencias de la crisis económica que vive el país, quizás como nadie. Según la presidenta de la Asociación de Vecinos, Ana de Haro, el número de necesitados que acuden a la iglesia a por comida y ropa ha aumentado de forma vertiginosa en poco tiempo.

Gentes trabajadoras

Al tratarse de un barrio en el que la mayoría de sus vecinos trabajaban en la construcción la crisis le afecta sobremanera, dice Ana de Haro. La parroquia de San Juan Bautista y el local social son los lugares donde recogen ropa y comida para dársela a los que la necesitan, que ahora son muchos. Son los centros neurálgicos donde muchos vecinos buscan apoyo para aguantar el tirón.

«Vienen inmigrantes, que son los más necesitados, pero ahora también acuden muchos vecinos. Algunas familias están integradas por cuatro miembros y sólo trabaja la madre, y así es muy difícil llegar a fin de mes», explicó la presidenta de los vecinos.

Los residentes en el Ensanche confiesan que realmente no tienen muchos problemas, pero lo que sí que exigen es que les arreglen algunas farolas que están rotas que hace que algunas calles se quedan casi a oscuras. Por el barrio sólo pasa un barredero con frecuencia y no es suficiente para recoger toda la suciedad y excrementos que dejan los perros cuando sus amos los sacan a pasear.

Esa suciedad se nota sobremanera en los jardines que hay entre el centro comercial Cenit y la pista de atletismo. También en los nuevos parterres que dan a la calle ronda Ciudad de La Unión.

Algunas zonas de la barriada están deterioradas por el paso del tiempo. Frente al centro cultural Ramón Alonso Luzzy hay un lugar que los conductores utilizan de aparcamiento y que cuando llueve se convierte en un auténtico barrizal. Se quejan de que hay aceras rotas y el asfalto en algunas calles están levantado.

«Algo muy importante para nosotros es nuestro local social, que se nos ha quedado pequeño», explicó la presidenta del colectivo vecinal. Añadió que en un solar contiguo se podrían construir dos naves más y así suplir la falta de espacio que tenemos ahora mismo. «Nosotros no pedimos muchos al Ayuntamiento, sólo que nos arreglen pequeños cosas», declaró De Haro.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)