Frustrado un atentado contra Obama

Detenidos dos neonazis que planeaban asesinar al candidato demócrata

La Razón, Marta G. Hontoria, 28-10-2008

Marta G. Hontoria
WASHINGTON – Su objetivo último era asesinar a Barack Obama pero, antes de llegar hasta el candidato demócrata, habían planeado disparar a 88 negros y decapitar a otros 14. Los detalles de este atentado frustrado por las autoridades son escalofriantes.
Según la Oficina de control del Alcohol, Tabaco, Armas de fuego y Explosivos (ATF,), los presuntos responsables de esta conspiración racista, detenidos hace una semana, están bajo rejas y sin fianza. Se trata de dos jóvenes «skinheads»: Daniel Cowart, de 20 años y residente de Bells, Tennessee, y Paul Schlesselman, de 18 años y procedente de West Helena, Arkansas. Ambos tienen profundos sentimientos xenófobos y estaban dispuestos a morir.
Detenidos en un registro
Cuando fueron apresados en un registro rutinario, estaban en posesión de un rifle, un arma automática de gran potencia y tres pistolas. Su intención, sin embargo, era reforzar su arsenal asaltando una armería para luego provocar una matanza en un instituto de estudiantes predominantemente afroamericanos de Tennessee. Aunque los «skinheads» no identificaron el nombre de esta escuela, sí detallaron que su intención era ejecutar a 88 estudiantes y degollar a 14, una combinación numérica con simbología dentro de la comunidad de supremacistas blancos. La orgía de sangre continuaría luego por todo el país y culminaría con el asesinato del senador de Illinois.
«Dijeron que ése sería su acto final, que intentaría asesinar al senador Obama», confirmó Jim Cavanaugh, agente de la ATF. «No creían que fueran capaces de lograrlo, pero sí que morirían intentándolo», añadió Cavanaugh. Según los documentos de la investigación que citaron ayer los medios de comunicación, los «cabezas rapadas» planeaban abatir al candidato demócrata acercándose con un coche y disparando desde las ventanas.
La presunta conspiración confirma los temores que la seguridad de Obama suscita desde que anunció su candidatura. Ajeno a posibles atentados, el aspirante demócrata viajó ayer al crucial Ohio para presentar el argumento final de su candidatura, precisamente centrado en la necesidad de unir al país. «En una semana, podéis poner fin a la política que trata de enfrentar a una región contra otra, a la ciudad contra el pueblo, a republicanos contra demócratas», dijo Obama.
Tras dos años de campaña, el demócrata retomó la retórica que le coronó inesperadamente en aquellos «caucus» de Iowa en enero, aunque esta vez el mantra del «cambio» y de la «esperanza» vinieron reforzados por recetas económicas para superar la crisis. Obama invitó ayer al electorado a «pasar página» para abandonar la filosofía republicana a la que culpa del descalabro de Wall Street y los pesares de la clase media. «La pregunta en estas elecciones no es si estás mejor que hace cuatro años. Ya sabemos esa respuesta. La verdadera pregunta es si el país estará mejor dentro de cuatro años», señaló Obama.
Como era de esperar, su rival John McCain se llevó la peor parte: «Tras 21 meses y tres debates, McCain no ha sido capaz de mencionar una sola cosa que hará diferente de Bush en la economía». La elección de Ohio para lanzar la última semana de campaña no fue por supuesto fortuita. En 50 años, ningún candidato demócrata ha ganado la Presidencia sin ganar en este Estado que hoy es uno de los más afectados por la crisis económica. Hace cuatro años, Bush selló su victoria en Ohio. Hoy, con las encuestas casi en tablas, este territorio es una de las pocas incógnitas que quedan por despejar en esta carrera.
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