La educación es el gran tema. La política y los políticos deberían dejarse el alma en mejorarla y nutrirla de todos los resortes financieros. No es excusa defenderse con la débil reflexión de que no hay financiación suficiente. Pasa en Cataluña y en todas las comunidades autónomas. El tanto por cien de los presupuestos que se invierte en educación siempre está por debajo de los mínimos, cuando debería estar por encima de los máximos. La serie de informaciones que publicará nuestro diario en los próximos días explica un perfil educativo muy alejado de los centros de elite que muchos soñaron. La primera parte publicada ayer tiene hoy su repercusión política. Y es que indigna que la falta de recursos en el Instituto de Santa Coloma Can Peixauet obligue a los profesores a utilizar a alumnos ya integrados como traductores ante jóvenes que desconocen tanto el catalán como el castellano, con el nivel de interrupciones en clase que ello supone. Además, el nivel de niños inmigrantes por aula es tan elevado que los ritmos educativos no son homogéneos.El problema no es la inmigración, sino una previsión nefasta.

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