Que la crisis es una realidad es algo que muchas personas están notando en su día a día, pero que puede llegar a ser asfixiante es lo que sienten los inmigrantes y cada vez más españoles que acuden a las ONG que les reparten alimentos y ropa. Muchos de ellos sin saber si llegaran a mañana cobrando el paro y teniendo que pagar una altísima hipoteca, algo que tampoco esperaban cuando el euríbor estaba en sus niveles históricos más bajos. Ahora que todo parece que se ha conjurado para hacerles la vida más difícil, sobreviven gracias a la labor de asociaciones que trabajan todos los días para que ellos puedan alimentar y vestir a sus hijos, algunos bebés para los que no tienen ni siquiera leche. Que en momentos así haya personas que se dedican a esta noble labor es la única esperanza para muchos.