Amorebieta, con sus 17.000 habitantes, se ha convertido en la primera localidad de España que acoge una iglesia cristiano – ortodoxa de antiguo rito. Es la religión que profesan los más de 400 ruso – lipovenos procedentes de Rumanía afincados en el municipio, que constituyen la mayor colonia vasca. El templo ocupa un bajo del número 20 de la calle San Juan. El interior, de unos 140 metros cuadrados, ha sido acondicionado por los propios feligreses.

Dedicado a la Santa Trinidad, el templo zornotzarra será inaugurado de manera oficial por el papa o ‘mitropolit’ de los rusos lipovenos o por algún representante de su iglesia el próximo 6 de enero, día de Nochebuena en el antiguo calendario, pero desde la pasada Semana Santa ya se celebran algunos actos religiosos a los que han asistido fieles de Zaragoza, Lérida y Vizcaya. «Durante la gran fiesta de la Pascua, la iglesia se vio desbordada, pero los fines de semana apenas llegamos a una docena de fieles y esto preocupa a toda la comunidad», comenta el portavoz, Cornelio Gurei.

Cánones muy estrictos

La comunidad ruso lipovena en Amorebieta, con una media de edad de 35 años, ha diseñado la nave y construido el único altar del templo. Su religión ha cambiado poco en los últimos 400 años y, al igual que la católica, se enfrenta a la pérdida de creyentes y a la crisis de vocaciones sacerdotales. «Cada vez es más difícil disponer de un cura», afirma Gurei, quien admite que los cánones ortodoxos son especialmente estrictos. «No pueden tocar ni un solo pelo de su cuerpo hasta que mueren», por eso llevan largas melenas y barbas. Se exige que estén casados, pero si desean convertirse en obispos deben ser viudos o romper su relación.

Se calcula que en el mundo hay seis millones de personas que abrazan este credo, que tiene su origen en Rusia en el siglo XVII, fruto de una escisión de la Iglesia ortodoxa. La posterior persecución que sufrieron los «viejos creyentes rusos» en la antigua Unión Soviética les obligó a emigrar a países como Alaska, Canadá, Australia o Rumanía, donde estos creyentes del culto antiguo son conocidos como lipovenos.

En la iglesia de La Trinidad, al igual que el resto de los templos ortodoxos, no hay bancos. Los fieles celebran de pie unas ceremonias que pueden llegar a durar más de siete horas, como la de Natividad. Las eucaristías suelen durar en torno a dos horas y media tanto la tarde del sábado como a primera hora del domingo. Lo que sí se ha flexibilizado son las siete semanas de vigilia que preceden a Pascua, en las cuales sólo pueden comer productos que surjan de la tierra. «Si no comemos, no podemos trabajar, así que sólo cumplimos la primera y la última semana», explica el portavoz de la comunidad, que se asentó en Amorebieta en el año 2000.