Un par de familias de rumanos aún presenciaron ayer el inicio de la definitiva demolición de la histórica cárcel mientras en la Asamblea el PP y el PSOE rechazaron la opción de mantener la cúpula central del recinto, como proponía IU Ahora sí que sí: la histórica cárcel de Carabanchel comenzó ayer a ser demolida definitivamente después del desalojo de sus habitantes ocasionales, en su mayoría rumanos.

«¡Qué cabrones! Han aprovechado que la gente se iba a ver a Garzón y a la manifestación de los parquímetros para empezar a demoler en serio», se quejaba a media tarde Carlos, un vecino de 43 años, mientras observaba como la piqueta terminaba con el pabellón número seis.

Los trabajos se iniciaron a las 14.00 horas y finalizaron con la llegada de la noche ante la división vecinal: unos querían que la cúpula permaneciera, otros no. Antes, a mediodía, fueron desalojadas sin incidentes las familias de rumanos que habitaban el lugar, a excepción de unas 10 personas – incluidos cuatro niños de corta edad – , que a última hora permanecían entre la piqueta y la pared aguardando a que el Samur Social se encargase de ellos. Se vivieron entonces los momentos más tensos del día, cuando los últimos de Carabanchel se quejaban ante los medios de comunicación del «olvido» a que a su juicio les someten las autoridades, y varios vecinos les increpaban al otro lado de la vaya con gritos de tintes xenófobos.

Mientras, y como no podía ser de otra manera, el tema fue carne de cañón partidista en la Asamblea de Madrid. IU vio rechazada su propuesta, avalada por un grupo de vecinos, de conservar la cúpula de la penitenciaría para construir un Centro por la Paz y la Memoria Histórica. El PSOE rechazó igualmente la moción aunque Maru Menéndez, su portavoz en la cámara, se había mostrado favorable a ello.

Y el PP, por boca de David Pérez, criticó el «pelotazo» que a su juicio va a dar el Ministerio del Interior con los terrenos de la cárcel, ya que para el hospital que se construirá en el lugar se han cedido sólo 40.000 de los 170.000 metros cuadrados. En el resto se harán oficina y pisos de protección oficial.

Vecinos congregados ayer ante los ya vestigios de la prisión venían a confirmar esta fórmula: «Mercedes Gallizo [directora de Instituciones Penitenciarias] ya nos dijo cuando nos reunimos con él que Carabanchel es para ellos la joya de la corona, la única manera de recaudar fondos, y más ahora, estando como están las cosas», aseguraba Antonio, miembro de la Asociación de Vecinos de Aluche.

Mientras las fuerzas del orden trataban de pastorear a los últimos rumanos en el lugar, algunos vecinos se quejaban a quien les quisiera oír. «En el pliego de demolición iban a empezar por otro sitio, pero han comenzado cerca de la cúpula para cargársela cuanto antes, no sea que Garzón lo pare todo», explicaba Antonio.

«Además, no tienen permiso para demoler después de las seis de la tarde, y aquí los tienes», decía a las 19.00 horas. «Y más: tenían que haber realizado un trabajo previo de 25 días para despejar el lugar de materiales peligrosos, pero nada: vallaron el lugar el sábado pasado, y empezaron a demoler a renglón seguido».

La Plataforma por un Centro para la Paz y la Memoria Histórica en el lugar, vista la situación, se limitó a «lamentar» la escasa sensibilidad de Interior y convocó para las 18.00 horas de hoy una acampada en el contiguo parque de Eugenia de Montijo.

Y el último drama lo vivieron las dos familias de rumanos que aún con la noche cayendo sobre el lugar permanecían en la cárcel. Sandra, de 23 años, se quejaba amargamente de que su familia, formada por cinco personas y dos niños, iba a tener que ser alojada en un campamento en Valdelatas «mientras a otros les han dado dinero para alquilar». Manole, con dos críos de seis meses y cinco años, aceptó varios billetes para volverse a Rumanía.

Garzón recibe a los vecinos ‘pro – cúpula’

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón recibió ayer en su juzgado a varios representantes de las principales asociaciones contrarias a la demolición de la cúpula central de la cárcel de Carabanchel, quienes le presentaron un escrito solicitándole que paralice cautelarmente las obras de demolición alegando que incumplen la orden dictada a este respecto en su auto del pasado 16 en la que se declaraba competente para investigar el franquismo, informaron a Europa Press las asociaciones.

Según explicó el portavoz de la Asociación de Vecinos de Aluche, Julián Rebollo, las asociaciones solicitaron al juez que suspenda el derribo de la antigua prisión «hasta que no tenga en su poder los informes correspondientes sobre las razones por las que se derriba el penal».

«Que se tenga por presentado este escrito, lo admita y tenga por solicitado que se acuerde la suspensión cautelar del derribo de la cárcel de Carabanchel en tanto en cuanto llegan los informes requeridos a la Secretaría de Estado de Seguridad», concluye el documento al que ha tenido acceso Europa Press.

Horas más tarde, el Ministerio del Interior, por medio de Instituciones Penitenciarias, aseguró que el juez no podría detener el proceso administrativo ya que el plazo para ello expiró el pasado día 15.

En concreto, las fuentes consultadas se referían a la comunicación hecha pública el 11 de julio por la SIEP (Sociedad Estatal de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios) – organismo encargado de la construcción y el derribo de prisiones – del anuncio del concurso para la demolición de la cárcel de Carabanchel.

En ese anuncio se recogía, entre otras cosas, «el presupuesto máximo de licitación» y la «apertura pública de ofertas en el mismo domicilio el día 15 de septiembre de 2008 a las 12.00 horas», explicaron las fuentes consultadas.