España no será competitiva si no contrata cien mil inmigrantes cualificados al año
ABC, , 23-10-2008El mercado laboral español no necesita albañiles extranjeros ni camareros ni asistentas, pero sí médicos, ingenieros, consultores, electricistas o soldadores. Esa es una de las conclusiones del III Anuario de la Comunicación del Inmigrante en España, presentado ayer, en el que se explica que nuestro país requerirá cien mil inmigrantes cualificados cada año hasta el 2012, pese a la crisis económica. Necesitamos talento extranjero, aunque no nos caracterizamos por ser atractivos ni ágiles para reclutar esa mano de obra – la Generalitat catalana, por ejemplo, quiere contratar médicos fuera a la espera de la homologación de su título – . Si queremos competir, precisaremos en torno a 430.000 de profesionales de aquí a cuatro años. Y eso pese a que el Gobierno «premiará» a los extranjeros que se queden en paro y opten por volver a su país (la previsión es de unos 15.000 beneficiarios).
La estimación de demanda de profesionales se basa en datos de la OCDE, la ONU y el Banco Central Europeo. Estas supuestas necesidades parecen chocar con las cifras de paro que en el caso de los inmigrantes supera ya el medio millón (un 23,2 por ciento del total de desempleados) y con las restricciones a la contratación de extranjeros anunciadas por el Gobierno. Pero, según se recoge en el estudio, «en España incluso en la hipótesis de crisis económica severa, necesitaremos una media de 157.000 nuevos activos laborales cada año hasta 2020, más de dos millones de personas».
El mercado interno
Toda una declaración de intenciones que, sin embargo, contrasta con algunos de los datos manejados ayer. «Para los próximos tres años puede dibujarse un escenario de entre 250.000 y 300.000 inmigrantes de entrada anual, lo que supondría reducir a menos de la mitad los flujos de los años precedentes», recogen los autores. Según el anuario, una reducción drástica de llegada de extranjeros, junto a un periodo de desaceleración económica y políticas restrictivas a la inmigración tendrían consecuencias negativas para el equilibrio demográfico.
Entre 1996 y 2007 los extranjeros han protagonizado el 72 por ciento del crecimiento de la población española (cuatro millones de los 5,5 de incremento total). «La inmigración no soluciona nuestro declive demográfico pero al menos palía y retarda sus efectos». Tanto desde el punto de vista sociodemográfico como económico «España seguirá dependiendo decisivamente de los inmigrantes». En el informe se reconocen las bondades de los ingresos extra – el famoso saneamiento del sistema de pensiones aunque también que el futuro financiero a largo plazo sigue siendo igual de problemático que hace unos años – .
Pese a que las cuestiones demográficas y económicas centran el documento – se dedica también un apartado expreso a la idiosincrasia de rumanos y búlgaros – , el Anuario deja tímida constancia del endurecimiento por el que ha apostado Zapatero en la gestión de la inmigración. Y así parece improbable que se repitan en 2009 las 128.161 reagrupaciones familiares concedidas el año pasado, dado que las condiciones serán más gravosas.
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