Los «Ángeles del Infierno» siembran el pánico nocturno en Copenhague

ABC, CARMEN VILLAR MIR. CORRESPONSAL | ESTOCOLMO, 23-10-2008

Dinamarca sufre una oleada de violencia entre grupos armados de «Hell Angels» (Ángeles del Infierno) y bandas de inmigrantes. Las fechorías de ambos bandos son portada de las revistas y cubren las primeras páginas de los diarios del reino. Las calles de la «Beautiful» Copenhague a partir de las ocho de la noche se convierten en terreno intransitable.

En el centro del conflicto se encuentran los AK81, (cuyas siglas quieren decir: «Alltid klar», siempre dispuestos en español), el grupo más violento dentro de la rama local de la conocida tribu motera «Hell Angels», y conocido como «La patrulla de la muerte». En el otro lado figuran los «Black Cobra» (cobra negra), banda compuesta por inmigrantes de varias razas y colores.

El fatal crimen de un joven turco de 19 años, cosido a tiros delante de una pizzeria, echó más leña al fuego del odio entre ultras moteros e inmigrantes, lo que ocasionó docenas de heridos de más o menos gravedad. La Policía detuvo a uno de los cabecillas de AK81, pero tuvo que soltarle por falta de pruebas.

Drogas y prostitución

Aunque el principal motivo de estas luchas sería conseguir el dominio del comercio de drogas, prostitución y de ciertos territorios, el conflicto presenta también connotaciones étnicas. No es un secreto que los daneses, conocidos por una fuerte corriente xenófoba, no ven con buenos ojos la presencia en sus pueblos y ciudades de inmigrantes que, en vez de adaptarse, imponen sus costumbres.

Según informó el portavoz de la Policía Antidisturbios de Copenhague, Flemming Steen Munch, tras registrar a más de 3.000 individuos y a otras tantas motos y coches, se incautaron alrededor de 200 armas de fuego ilegales y un verdadero arsenal de armas blancas: desde machetes y hachas hasta llaves de pugilato y bates. La redada acabó con 40 detenciones.

Por su parte, el primer ministro liberal, Andres Fogh Rasmussen, afirmó que no piensa aceptar este «ajuste de cuentas en el suelo patrio» y que pondrá todas las medidas a su alcance para que «los conflictos no terminen en odios y confrontaciones entre la sociedad danesa y los inmigrantes en general».

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