El censo en 167 campos italianos cifra en 12.000 los residentes, tantos como los que se fueron a países vecinos

El polémico censo de los campos de gitanos que ordenó el Gobierno de Silvio Berlusconi ha llegado a su fin. Los primeros datos fueron dados a conocer por el ministro del Interior, Roberto Maroni, tras una reunión con los comisarios extraordinarios para la emergencia nómada y los prefectos de Roma, Nápoles y Milán. «Se ha terminado la primera fase, ahora se empieza con el desalojo de los campos ilegales», explicó el ministro.

Durante varios meses han sido censados los residentes en 167 campos de las tres ciudades. Los primeros datos arrojan la cifra de 124 asentamientos ilegales y 43 autorizados, en los que viven 12.346 personas, de las que casi la mitad, unas 4.000, son menores. Aunque los datos serán analizados en las próximas semanas, el ministro subrayó que servirán para decidir la asistencia, los planes de escolarización y otras cuestiones relacionadas con la higiene y la sanidad. «Nuestro objetivo es pasar a asentamientos con instalaciones en las que podrán vivir quienes tengan derecho a residir en Italia mientras los demás serán expulsados», anunció Maroni, quien además explicó que se cifran en torno a otros 12.000 los nómadas que, desde el inicio del censo en junio, habrían abandonado el territorio. Según el ministro, serían España, Francia y Suiza los países a los que se habrían transferido.

El programa de Maroni consta de cuatro fases y finalizará en junio del 2009. El primer paso será el desalojo de los campos abusivos y la creación, en aquellos legales, de condiciones higiénico – sanitarias mínimas. La segunda fase será la creación de nuevos asentamientos y así se pasará a la tercera fase con la construcción de instalaciones adecuadas. El programa se terminará con la puesta en marcha de planes de escolarización de menores. Se está, además, pensando en censos en otras ciudades.

Sin vacunas ni escolarización

En Roma, la mitad de los 2.500 menores que se encontraron en los 50 campos de la capital, nunca han sido vacunados. Además, el nivel de escolarización es muy bajo y las condiciones de vida son de extremo degrado, sobre todo en los campos ilegales.

El censo de los campos nómadas formaba parte del paquete de medidas del Gobierno Berlusconi contra la inmigración ilegal. La UE, que se mostró muy crítica con la pretensión del centroderecha italiano de considerar delito la inmigración ilegal, hace pocos días obligó a eliminarlo del decreto. También levantó gran polémica el censo de gitanos que incluía la toma de huellas dactilares. Al final la UE lo autorizó aunque tan solo para realizar intervenciones de tipo social y no, como pretendía el Gobierno, expulsar a los inmigrantes ilegales. De los 140.000 nómadas de los que se hablaba al principio, han quedado muchos menos tras el censo.