El menor niega ser el autor del crimen de la indigente

El joven, ya condenado por el asesinato, ha asegurado que los dos procesados adultos planearon "darle un susto" a la indigente provocando un pequeño incendio en el cajero

Público, ALBERT MARTÍN VIDAL, 22-10-2008

Después de ser acusado la víspera por sus amigos de ser el ideólogo y autor material del crimen de la indigente, Juan José M., menor de dad cuando ocurrieron los hechos y ya condenado por ellos, negó ante el tribunal tanto una cosa como la otra. Aunque reconoció que aquella noche iba “muy borracho”, sí que recordó que la idea de echar disolvente al lado de Rosario Endrinal y prenderle luego fuego con una colilla no fue suya sino de sus amigos y ahora procesados, Ricard P. y Oriol P., que prentendían así “gastarle una broma” y “darle un susto”.

Juan José M., que ahora ya tiene 19 años, acusó directamente a Ricard P. de lanzar la colilla que provocó el incendio y la muerte de la indigente. El testigo también involucró al otro joven. “Oriol me dijo que como él ya le había pegado y yo no había hecho nada ahora se quedaba fuera”.
Insultos y golpes

El testimonio que se escuchó ayer pone las cosas difíciles a los acusados. Juan José M. declaró que le fueron a buscar para que convenciera a la mendiga de que le abriera la puerta del cajero, ya que él no había participado en el acoso inicial a primera hora de la noche. Según su versión, una vez conseguido el objetivo los dos procesados “cogieron unos palos de cartón y empezaron a pegar” a la indigente, al tiempo que la insultaban diciéndole “zorra cállate”.

Uno de los puntos que se debe esclarecer ahora es de dónde sacaron el disolvente los acusados. Según su versión, lo encontraron en un saco de escombros de una obra. Los responsables de la obra lo niegan y afirman que debieron escalar unos andamios para conseguir el producto. Si se confirma este punto la pena sería mayor, ya que se trataría de un homicidio premeditado.
Huida apresurada

El menor declaró que cuando estaba echando el disolvente en el suelo (está probado que no rociaron a la indigente) se le cayó el bidón y se produjo una deflagración. “La explosión me tiró al suelo, no me cogió de milagro”, dijo. Luego los tres salieron corriendo del lugar. Juan José dice que planteó volver a ayudar a la indigente pero que sus compañeros le dijeron que no le pasaría nada nada. “Estaba muy asustado y era muy peligroso entrar a salvarla”, admitió. Y dejaron a Rosario envuelta en llamas.
Unos chicos ‘bien’ aficionados al acoso de mendigos

En la jornada de este martes también declararon amigos y conocidos de los acusados que reconocieron que tanto Ricard P. como Oriol P. tenían entre sus aficiones el acoso a mendigos e indigentes. Les insultaban, les lanzaban huevos e incluso grababan sus agresiones con el teléfono móvil para luego enseñarlas a sus amigos.

Un testigo que dijo haber estado con ellos la noche de autos explicó que horas antes de la fatal agresión a Rosario Endrinal la emprendieron con un mendigo en la Vía Augusta, le increparon y le quitaron el carro de la compra con el que transportaba sus pertenencias. Estos testimonios demuestran que el ataque a Rosario no fue, pues, un caso aislado.

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