Las peticiones que más aumentan son las relativas a vivienda, búsqueda de empleo y alimentación

La crisis económica ha provocado un aumento superior al 40% respecto al mismo período del 2007 en la demanda de ayuda y de servicios asistenciales que presta Cáritas. De hecho, en todo el 2007 esta oenegé recibió 142.746 solicitudes, mientras que en el primer semestre del 2008 sumaron 100.471, lo que equivale al 70,4% de todo el año anterior. Concretamente, se ha producido un incremento del 55% en el número medio de peticiones de ayuda económica.

Estos datos figuran en el informe Observatorio de la realidad, presentado por esta oenegé, que prevé que en el segundo semestre las cifras aumenten aún más, debido a que la situación económica ha empeorado después del verano, por lo que serán necesarios más recursos para atender al creciente número de personas en situación de vulnerabilidad.

Las demandas que más significativamente han aumentado son las de ayudas para viviendas (impagos de hipotecas, deudas de alquiler, embargos y desahucios) y para búsqueda de empleo, especialmente para personas paradas procedentes de la construcción y de la industria, con poca o nula cualificación profesional, y de mujeres que buscan trabajo como empleadas de hogar.

También llama la atención el incremento de peticiones de ayudas para alimentación, circunstancia que prácticamente había desaparecido en los últimos años, y la orientación para asuntos legales de extranjería, destacando el aumento de la demanda de retorno voluntario de inmigrantes, sobre todo de Ecuador y Bolivia. Resulta igualmente significativo el incremento de peticiones de apoyo psicológico de menores y adultos (depresiones, deterioro de relaciones familiares y ansiedad) por parte de las familias.

Según afirmó Silverio Agea, secretario general de Cáritas, «debido a la crisis económica han surgido nuevos grupos que necesitan de los servicios» de esta oenegé. Entre estos, mujeres solas con cargas familiares, hombres en paro de los sectores de la construcción y la hostelería, y familias jóvenes con niños. También se puede incluir en este grupo a las mujeres mayores con pensiones no contributivas o pensiones mínimas que no cubren sus necesidades. «Necesitamos donativos para atender a la situación de pobreza y exclusión que sufren estas personas», dijo Agea, quien añadió que las aportaciones que prestan las Administraciones representaron el 8,6% del total en el 2007.