Los acusados de quemar a una mendiga en Barcelona dicen que sólo querían «molestarla»

Los dos jóvenes juzgados ayer culpan de prender fuego a la mujer a un menor ya condenado

Diario Sur, EFE, 21-10-2008

Los dos jóvenes acusados de haber quemado viva a una indigente en un cajero automático de Barcelona en diciembre de 2005 aseguraron ayer que sólo pretendían «molestar» a la mendiga, no hacerle daño y mucho menos matarla, y culparon del crimen al menor que los acompañaba, ya condenado por los hechos. En medio de gran expectación mediática comenzó ayer en la Audiencia de Barcelona el juicio contra Oriol P. y Ricard P., que afrontan sendas condenas de 28 años de cárcel por asesinato con alevosía y ensañamiento por haber quemado viva, junto al menor Juan José M., a la indigente Rosario Endrinal.

En sus declaraciones, los procesados reconocieron que estuvieron «increpando y molestando» a la mendiga, que dormía en un cajero de la calle Guillem Tell de Barcelona, y le lanzaron varios objetos que no llegaron a alcanzarle, pero que su propósito era sólo «hacer el tonto» y nunca causarle daño.

Los dos jóvenes desviaron la culpa hacia Juan José M., el menor que los acompañaba y que desde el año 2006 está cumpliendo la condena de ocho años de internamiento, la pena máxima para su edad, que se le impuso en una sentencia de conformidad después de que reconociera los hechos que se le imputaban.

Versión

Según la versión de los procesados, que en todo momento mostraron un aspecto afligido y se refirieron a la mendiga como «señora» o «señorita», la noche del crimen habían salido de fiesta con unos amigos y ambos entraron a sacar dinero al cajero de Guillem Tell, donde la víctima dormía entre un fuerte olor.

Los jóvenes se propusieron entonces «molestarla para que saliera del cajero», según Oriol P., por lo que le empezaron a insultar y a lanzarle objetos, como una naranja, una botella de plástico y un cono de tráfico, hasta que la mujer se levantó y corrió el cerrojo de la puerta para impedirles entrar. En todo momento, «no había intención de provocar, sólo de molestar, como una mosca que se te posa en la nariz», ejemplificó Ricard P.

De fiesta

Los acusados siguieron de fiesta con sus amigos, entre los que se encontraba Juan José M., y, tras separarse de ellos, pasaron de nuevo ante el cajero automático, donde, según su versión, el menor decidió convencer a la mendiga de que le dejara entrar para sacar dinero, aprovechando que ella no lo relacionaría con los otros dos jóvenes. De acuerdo con su testimonio, tras molestar de nuevo a la indigente, a la que tiraron unos objetos de cartón, fue el menor quien, por propia iniciativa, resolvió «darle un susto», por lo que cogió un bidón de disolvente de un saco de escombros cercano y roció con el líquido el suelo del cajero que, de repente, estalló en llamas.

Cuando abandonaban el cajero, todavía escucharon los insultos que les profería la mendiga fallecida. Pensaron que la mujer había salido con vida del cajero y no se enteraron de su muerte hasta que los detuvo la policía.

Aunque Oriol P. ha referido que la noche del crimen Ricard P. estuvo molestando a otra mujer ‘sin techo’, los dos jóvenes negaron que en otras ocasiones se hubieran dedicado a golpear o a insultar a indigentes. «Yo nunca he sido racista ni clasista, ni de ninguna ideología denigrante», clamó Oriol P.

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