CARRERA A LA CASA BLANCA / Los temas calientes: la vivienda

Vivir hacinados y bajo la amenaza del desalojo

El Mundo, M. AGUILERA. Especial para EL MUNDO, 20-10-2008

A pocos kilómetros del lujo de Miami, miles de personas no pueden hacer frente al pago de sus hipotecas «Sólo queremos un techito para vivir sin que nadie nos moleste». Son palabras de Yvonne Hislop, la cabeza de una de las 174 familias que viven en Home Park Lake. Yvonne tiene 62 años, se mueve en una silla de ruedas y ni siquiera tiene la nacionalidad estadounidense. La necesidad le ha dado la fuerza para convertirse en la voz de estos ciudadanos, que sobreviven como pueden en un parque de tráilers a unos seis kilómetros de Miami Beach.


Los parques de casas móviles se han convertido en el último reducto de vivienda económica para los residentes de bajos recursos de Miami. En los 90 que aún no han sido arrasados por las escavadoras se levantan 14.995 tráilers que albergan a más de 60.000 personas. «A las autoridades del condado de Miami Dade no les gusta la imagen que dan estos barrios de casas móviles y desde hace años han unido sus intereses con los de las constructoras para acabar con ellos», comenta Marcos Restrepo, miembro de Jobs for Justice, una organización que apoya a estos vecinos de segunda residentes en el estado de Florida.


Un ejemplo de esta connivencia es la historia del Parque de Blue Lakes. Allí vivían 279 familias. En marzo de 2006, de la noche a la mañana, el departamento de códigos del condado multó a la casi totalidad de los residentes por violaciones de construcción y conexiones eléctricas.


Aunque casi todos los vecinos hicieron las reparaciones oportunas, la compañía de la luz cortó el suministro y se ordenó la demolición de 50 tráilers. Ahora, los que quedan en Blue Lake se han organizado en una asociación para pelear por sus derechos. La única opción, pues los tribunales no están atendiendo a reclamaciones individuales. Aunque Marcos Restrepo es partidario de negociar, más que de ir a juicio. «Si finalmente ganas, lo único que obtienes es una indemnización de 1.375 dólares [unos 1.000 euros]». En el caso de Blue Lake se ha logrado algo más, pero no más de unos 4.500 euros.


El perfil del residente en los parques móviles es el de inmigrante latino, muchos de ellos sin papeles cuyos ingresos no superan los 9.000 euros anuales. Sólo el alquiler de la tierra donde viven supone a estas familias una cantidad mensual de unos 340 euros. Es el caso de Yvonne, que salió de Nicaragua tras ser represaliada por los sandinistas por estar casada con un militar somozista. Emigró con sus dos hijos a Estados Unidos y consiguió su estatus de refugiada política. «A mi segundo marido lo deportaron por atropellar a una ciclista involuntariamente y el hijo que tuve con él tiene problemas psiquiátricos. Padece de esquizofrenia». La situación de estrés vivida durante los últimos años ha llevado a Yvonne a una silla de ruedas. «Yo trabajaba en el hospital Palmetto y un afección viral me ha dejado así. Me he quedado sin energía del cuello para abajo». Ahora vive con los 476 euros que le da la Seguridad Social, pero paga 455 por su casita.


Yvonne se ha convertido en la alcaldesa oficiosa de Home Park Lake: «Alguien tenía que dar la cara y hablar». Se queja de que el dueño del terreno no hace nada por el mantenimiento del lugar: «El cobra su renta y ya está. No hay seguridad. Hay tráilers de gente que no conocemos donde se está vendiendo droga y la fosa séptica está a punto de rebosar».


La alcaldesa ha visitado con sus silla de ruedas los 174 tráilers para pedir a los vecinos que se asocien, recoge firmas y gana apoyos para denunciar todo lo que cree injusto. La mayoría de los habitantes de estos parques no puede votar. De hecho ningún político los ha visitado durante la campaña.


«No quieren enseñarnos a los turistas. Vamos a acabar debajo de un puente. Ni Obama ni McCain pueden ayudarnos. Si no hacen nada por la clase media menos van a hacerlo por nosotros». A veces, a sus 62 años, a Yvonne le embarga el pesimismo, pero no tiene más salida que seguir peleando. Ella, como otras que ni siquiera hablan inglés, se han enfrentado a las autoridades del Condado para defender sus derechos. El 1 de noviembre todas las asociaciones de parques móviles de Miami han organizado una marcha. Son el eslabón más débil de una ciudad cuyos habitantes están sufriendo la crisis de la vivienda a todos los niveles. Casi cinco de cada 10 propietarios del sur de Florida que compraron en los últimos cinco años deben más en su hipoteca de lo que representa el valor de sus vivienda.

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