Holanda

Un inmigrante marroquí hijo de un imán será el primer alcalde musulmán de Róterdam

La Voz de Galicia, Thomas Burmeister, 18-10-2008

Llegó a Holanda con 16 años y es hijo de un imán muy religioso, que además nunca ha renunciado al pasaporte de su país de origen.

Llegó a Holanda con 16 años y es hijo de un imán muy religioso, que además nunca ha renunciado al pasaporte de su país de origen.

Un musulmán practicante, que llegó a Holanda con 16 años y es hijo de un imán muy religioso, que además nunca ha renunciado al pasaporte de su país de origen, se convertirá en alcalde del puerto más grande de Europa, Róterdam. La elección de Ahmed Aboutaleb, de 47 años y de origen marroquí, no podía ser más espectacular, opinó el diario cristiano – liberal Trouw. Que por primera vez un musulmán se convierta en alcalde de una ciudad en Holanda es «un enorme avance en el debate nacional sobre la integración de los inmigrantes».

La decisión fue vista como una señal de esperanza. De que se superen los disturbios y acusaciones en la sociedad holandesa desde el 2004, tras el asesinato del director crítico con el islam Theo van Gogh por un joven islamista marroquí, y que el país vuelva a ser modelo de tolerancia y convivencia de personas de todas las razas y religiones. Aboutaleb se enfrenta a tremendos desafíos, pues Holanda iba camino de choque entre la mayoría y la minoría (3% de la población) de marroquíes y turcos.

Con su filme antiislámico Fitna, el jefe del ultraderechista Partido de la Libertad, Geert Wilders, echó leña al fuego acerca del trato a jóvenes holandeses de origen marroquí que buscan curar sus frustraciones en el odio religioso y forman pequeñas bandas criminales. «Designarlo es tan ridículo como nombrar a un holandés alcalde de La Meca. Debería serlo de Rabat. Róterdam será la Rabat junto al Mosa, y tendremos un imán como arzobispo», dijo Wilders.

Aboutaleb ve una única solución, que encaja con su perfil personal de político del socialdemócrata Partido del Trabajo: consenso, diálogo abierto y constante. Debido a ello fue muy elogiado tras el asesinato de Van Gogh, cuando los diarios hablaban de una yihad en el mar del Norte y había ataques a mezquitas. «Róterdam puede sentirse feliz», dijo Job Cohen, el alcalde judío de Ámsterdam, y compañero de partido de Aboutaleb, que lo ve «altamente capaz». Los marroquíes no pueden renunciar a su nacionalidad. Incluso sus hijos nacidos en Holanda son marroquíes.

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