Agricultoressin papeles
Decenas de temporeros se reúnen a primera hora de la mañana en Ruzafa para salir al campo
Las Provincias,
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17-10-2008
La temporada de la naranja que acaba de arrancar llega acompañada de una imagen: la de decenas de inmigrantes con y sin papeles que cada madrugada esperan a que les llamen para trabajar en el campo.
Los alrededores de la plaza Manuel Sanchis Guarner, conocida popularmente por La Pantera Rosa, se llenan de centenares de latinos y saharianos esperan ser contratados para recoger naranjas, tal y como han grabado las cámaras de la televisión de la LAS PROVINCIAS. Si consiguen el empleo vuelven la noche siguiente.
Lejos de desaparecer la figura del intermediario laboral entre el empresario agrícola y los inmigrantes, cada vez a gran escala aparecen más los llamados “furgoneteros”, inmigrantes que se dedican a transportar a sus paisanos. Las furgonetas, que han sido denunciadas en numerosas ocasiones, llegan al punto de recogida a las 4.30 de la madrugada.
El último viaje lo realizan a las 7 de la mañana. Los vehículos se distribuyen por nacionalidades. Si en una de ellas está ocupada por ecuatorianos y se cuela un colombiano a este lo hacen bajar.
En el campo los trabajos de recolección se pagan entre 1,40 y 2 euros por caja. La recompensa es baja para las 15 horas de trabajo diarias. Uno de ellos se quejaba de la poca ganancia que perciben, y destacó: “Tenemos que pagar 7 euros por el viaje de ida y vuelta. La jornada de 15 horas nos sale a 11 euros de sueldo. Miren ustedes lo que nos queda sólo cuatro euros. Además, si vas a trabajar toda la campaña tienes que abonar 80 euros por el seguro. Así no se puede ni trabajar”.
Cada vez más inmigrantes
A pesar de ello la necesidad es mucha y, sobre todo, actualmente que la crisis económica ha incrementado el número de inmigrantes que buscan trabajo en la agricultura. Todo hace prever que la cifra será mayor.
Sin embargo, los empresarios se muestran más cautos a la hora de emplear a trabajadores irregulares, pero las contrataciones ilegales no se han erradicado en absoluto debido, entre otros motivos, a la llegada constante de nuevos inmigrantes clandestinos que entran en nuestro país ilegalmente por los aeropuertos y los puertos.
Otro de los puntos calientes para la recogida de inmigrantes es la avenida de Ausias March. Un lugar seleccionado principalmente por los subsaharianos que todas las madrugadas se amontonan en los laterales de la avenida con la esperanza de tener trabajo ese día.
Las furgonetas regresan del campo sobre las 19 horas a los mismos puntos de recogida.
Los rostros desencajados por el pesado trabajo agrícola se compensan con los cuatro euros ganados y alguna que otra bolsa con patatas o naranjas que el propietario les deja coger.
Y en este abanico de sudor y trabajo los furgoneteros son los que de alguna forma hacen un buen negocio. Se han convertido en transportistas improvisados. La mayoría son propietarios de los vehículos, aunque también los hay que los alquilan para este tipo de trabajo.
Las furgonetas, según ha podido saber LAS PROVINCIAS, en ocasiones son de segunda o tercera mano con lo que se aumentan los problemas mecánicos y las posibilidades de algún inesperado accidente.
A pesar de todo tipo de inconvenientes y riesgos, cada madrugada centenares de inmigrantes acuden esperanzados en busca de esa lotería que no es ora que la de ser elegido para trabajar en el campo. Toda una suerte por cuatro euros.
municipal@lasprovincias.es
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