Francia no jugará si pitan ´La marsellesa´

La Vanguardia, , 16-10-2008

LLUÍS URÍA – París. Corresponsal

EL DETONANTE El himno volvió a ser abucheado por los seguidores de Túnez en el Stade de France
No era la primera vez, pero ha sido la definitiva. La multitudinaria pitada que recibió La marsellesa antes del encuentro amistoso entre Francia y Túnez, la noche del martes en París, ha provocado una profunda indignación en todo el país. Escandalizado, el presidente de la República, Nicolas Sarkozy, intervino personalmente y ayer ordenó una medida radical: a partir de ahora, cuando el himno nacional sea pitado, el partido en cuestión será inmediatamente suspendido. Igualmente, se suspenderá por tiempo indeterminado todo encuentro amistoso con el país origen del problema. Paralelamente, la ministra del Interior, Michèle Alliot-Marie, ordenó a la policía que denuncie ante la fiscalía a todos aquellos que hayan cometido ultraje al himno nacional y hayan podido ser identificados.

Lo sucedido la noche del martes no fue una sorpresa para nadie, pues llovía sobre mojado. La marsellesa ya fue masivamente pitada por primera vez en un partido amistoso entre Francia y Argelia en octubre del 2001, y este hecho, que provocó en aquel momento una gran consternación, volvió a repetirse en otro encuentro no oficial en noviembre del 2007 contra Marruecos.

Por ese motivo, y para prevenir un incidente general, los organizadores del partido con Túnez habían adoptado diversas cautelas, como hacer salir al campo a los dos equipos mezclados entre sí o encargar el canto de los dos himnos nacionales a las cantantes francotunecinas Lâam y Amina. Pero ni así.

La gran mayoría de los 60.000 espectadores que asistieron al partido dedicaron una sonora pitada a La marsellesa y abuchearon sistemáticamente a todos los jugadores de la selección francesa, demostrando una especial inquina contra Ben Arfa, de nacionalidad francesa y padres tunecinos, que prefirió jugar vestido de azul.

Lo más llamativo, como ya pasó en el 2001 y en el 2007, es que la mayor parte de quienes silbaban eran jóvenes de la banlieue,de origen magrebí, pero franceses, un hecho en el que políticos y sociólogos ven la expresión del fracaso de la política de integración.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)