En la política altisonante del Gobierno de Berlusconi tiene un papel protagonista la Liga Norte. El partido nacionalista de Umberto Bossi, con ribetes xenófobos, siempre ha sido de lanzar ideas audaces, pero últimamente se supera. Dado su éxito en las urnas, tiene peso en el Ejecutivo. En la reforma educativa ha introducido un test previo a los alumnos extranjeros. Si no lo superan estarán en clases separadas, para aprender la lengua italiana. Ayer fue una de las polémicas del día en Italia, pero es algo sensato comparado con otras ocurrencias. Por ejemplo, se extienden, sobre todo en el norte, las rondas nocturnas vecinales, grupos que patrullan para echar a vendedores ambulantes inmigrantes, gitanos o prostitutas.

Otra propuesta plantea test de admisión al país para extranjeros con preguntas básicas sobre reglas de urbanidad, a ver si fallan. Otra aventura un carné por puntos del inmigrante del que se le van quitando con delitos hasta la expulsión. Otra, ya aprobada, da preferencia a los nacidos en una ciudad para los puestos públicos, pensando en los italianos del sur que van al norte. Pero al menos, subrayaba ‘La Padania’, diario de la Liga, en un bonito reportaje sobre la perrera modelo de Padania, allí admiten perros del sur del país.