donostia. Dirige en Quito, la capital de Ecuador, una organización que tras dos décadas de trabajo ofrece ayuda a 5.400 familias para que puedan seguir elaborando sus productos. Jesús Augusto, gerente comercial de la Fundación MCCH, que en quechua quiere decirDémonos la mano, reclama “una oportunidad” para que sus compatriotas “puedan quedarse en su medio”.

Uno de los principales flujos migratorios que recibe Gipuzkoa es precisamente el de su país.

Así es, por eso resulta tan importante trabajar alternativas para que todas estas personas puedan generar una actividad productiva comercial que les permita mantenerse en su medio y no se vean obligadas a emigrar. No es un acto de solidaridad, se trata de buscar para todos estos productores un trabajo digno.

¿De qué modo les prestan ayuda?

Son ya 24 años de trabajo a lo largo de los cuales hemos atendido a 5.400 familias, que han generado con su producción un total de 18 millones de dólares. Les financiamos el 50% de la producción. Algunos de los productos que elaboran, como azúcar de caña y mermeladas, llegan a ser vendidos en comercios españoles de precio justo.

¿Qué reto se plantean?

Seguir trabajando para modificar la estructura y las relaciones de la sociedad y la economía a favor de las personas con menos recursos de Ecuador. Todo ello, a través de procesos equitativos de formación, capacitación, producción y comercialización.