Trece inmigrantes fueron arrojados vivos al mar por los traficantes

Los 46 supervivientes dijeron al llegar a sicilia que sus cinco 'guías', todos detenidos, les torturaron.

Deia, 14-10-2008

Roma. Las pesquisas realizadas en Italia que han supuesto el arresto de cinco presuntos traficantes de personas han desvelado la dramática travesía de un grupo de africanos que fueron maltratados, torturados y trece de ellos arrojados vivos al mar. El fiscal de Siracusa (Sicilia), Ugo Rossi, encargado del caso calificó ayer de “espeluznantes” los detalles del viaje.

El pasado 11 de septiembre desembarcó en las costas de Sicilia una barcaza con 59 inmigrantes, la mayoría nigerianos, quienes dieron cuenta a las autoridades de la muerte de 13 personas durante la travesía, lo que llevó a la policía a detener a Tony Waychey, de 26 años, como presunto jefe de la banda de traficantes.

Las investigaciones que siguieron llevaron al arresto de otros cuatro de los viajeros, quienes hasta ahora se encontraban en el centro de acogida temporal de Cassibile (Sicilia) junto al resto de los inmigrantes.

Rossi indicó que los supervivientes explicaron en los interrogatorios cómo los traficantes arrojaron vivos, uno a uno durante la travesía, a 13 de sus compañeros de viaje porque “daban mala suerte”.

Según el fiscal, el motivo de arrojar vivos a los inmigrantes era que “faltaban víveres”, pero los traficantes se inventaron la excusa de la superstición para aligerar la abarrotada barcaza.

Los inmigrantes testificaron que los traficantes les ataban, les pegaban y les obligaban a no dormir para que cantasen oraciones tribales con el fin de alejar a los supuestos demonios.

A quien se oponía o protestaba por la falta de comida o agua, según el relato de los inmigrantes, se le acusaba de estar poseído por el diablo y de dar mala suerte y se le arrojaba por la borda.

En uno los testimonios recogidos por la fiscalía, un superviviente contaba cómo su amigo Osamede, al que conoció en Libia, donde les reunieron antes de zarpar, un día se sintió mal y empezó a delirar.

“A la mañana siguiente, Osamede ya no estaba en la barca y las siguientes noches desaparecieron también dos de sus amigos”, se lee en el testimonio. >Efe

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