«La integración se está produciendo de forma natural, con normalidad»

Rechaza el estereotipo social que identifica al inmigrante con irregular y parado

Diario Vasco, I. U., 14-10-2008

Xabier Aierdi, profesor de Sociología en la UPV y director del Observatorio Vasco de Inmigración Ikuspegi, sostiene que la integración de los inmigrantes se está produciendo con naturalidad y en este sentido critica que el discurso político no refleje esa realidad y presente la inmigración como una fuente de conflictos.

- ¿Le sorprende la llegada de rumanos al País Vasco?

- Hasta cierto punto era previsible que la entrada a la UE de Rumanía hiciera crecer el número de rumanos. Ahora bien, con la población rumana puede producirse un fenómeno de retorno. En la medida en que la situación en Rumanía no es de estancamiento, como sí lo puede ser en otros países, puede ocurrir que muchos regresen.

- El porcentaje de población inmigrante en Euskadi sigue siendo muy bajo.

- Tiene que ver con la estructura de actividad. Vizcaya y Gipuzkoa, con una estructura industrial muy potente y nula agricultura, tienen apenas un 5% de inmigrantes. Álava, que ya tiene una agricultura importante, pasa del 7%, y Navarra, con mucha industria, agricultura e industria manufacturera, llega al 11%.

- Hay quienes vinculan indefectiblemente inmigración con conflicto… Y, sin embargo, muchos de ellos cuidan a nuestros hijos y mayores.

- La integración es natural, con normalidad. Hay quien se imagina a un inmigrante como alguien en situación irregular y que no trabaja. La realidad es ésta: un 80% están en situaciòn regular; el 90% de quienes pueden trabajar, ya lo están haciendo, y además dos de cada tres están afiliados a la Seguridad Social. Y el hecho de que el porcentaje no sea alto nos permite quizás una mejor integración. Hay muchas iniciativas de ámbito municipal y gubernamental que van bien encaminadas. No se están haciendo mal las cosas.

- ¿Cuáles quedan por hacer’

- En Euskadi debería haber la posibilidad de regular algunos aspectos de la Ley de Extranjería, como cuestiones de enseñanza, cultura, permisos ligados a la residencia, catálogo de actividades para la contratación… porque a largo plazo daría pie a políticas más sensatas y ligadas al suelo.

- ¿Por qué cree que el discurso político sobre la inmigración chirría tanto?

- Cuando analiza al extraño, al que viene de fuera, utiliza en el fondo siempre el mismo argumento, aquí, en Suráfrica, Estados Unidos o Australia: ‘Nosotros hemos generado aquí una riqueza y nos viene una población de fuera que se quiere llevar el esfuerzo de muestro trabajo’… Pero hay que aclarar que no es la misma tarta una sociedad con 120.000 personas inmigrantes empadronadas, porque éstas trabajan, hacen que se venda más leche, pagan alquileres… y la tarta crece en proporción para todos. Pero mucho político, que debería tener una análisis más sofisticado de lo que ocurre, no se despega del discurso social de la calle.

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