Se fueron sin nada y hoy regresan peor

Gobiernos estatales difieren sobre efectos del retorno de connacionales a sus tierras

El Universal, 13-10-2008

La disminución de la actividad laboral originada por la crisis
financiera en Estados Unidos deteriora aún más la economía de familias
mexicanas dependientes de las remesas que envían los migrantes.


Incrédulos porque se redujeron los espacios de trabajo —sobre todo
en los sectores del campo y la construcción—, emprendieron su regreso
al país con la misma incertidumbre que hace unos meses o años los
orilló a cruzar la frontera norte del país: carecer de una actividad
productiva en suelo nacional.

Según el Banco de México, el peor mes de lo que va del año fue
agosto, pues presentó una caída en las remesas de 268 millones de
dólares (12.2% menos) en relación a igual mes de 2007, al pasar de 2
mil 205 millones de dólares a mil 937 millones de dólares.

A ello se agrega la pérdida de 250.5 millones de dólares en las
remesas de enero a junio pasados (11 mil 600.8 mmd), respecto al mismo
lapso de 2007 (11 mil 853.3 mmd), con lo que suman 526.5 millones de
dólares menos sólo en siete meses de 2008.

Gobiernos estatales difieren en los efectos negativos que la merma
pudiera ocasionar en el gasto doméstico, el ahorro, la inversión y los
programas oficiales.

El presidente de la Comisión de Asuntos Migratorios del Congreso de
Michoacán, Antonio García Conejo (PRD), advirtió que “el regreso de
mexicanos ya comenzó, aunque se esperan mucho más llegadas a fin de año
y principios de 2009”.

En esa entidad, la que más divisas capta en el país por el trabajo
de los connacionales, 60% de las familias con un pariente en EU depende
en su totalidad de esos recursos.

No obstante, respecto al cierre de la temporada anual de trabajo, el
titular de Atención al Migrante en León, Guanajuato, Francisco López,
señaló que algunos migrantes se sacrificarán en época navideña lejos de
sus familias, “porque después no tendrán recursos para pagar al coyote
(para regresar)”.

La gobernadora Amalia García dejó en claro que a Zacatecas no le
preocupa si los paisanos vuelven. Destacó que es mano de obra probada y
calificada, muy útil en proyectos productivos.

No obstante, dueños de centros cambiarios aseguraron que las operaciones cayeron hasta 70%.

En estados como Durango, que reportan un bajo índice de migración, las casas de cambio disminuyeron su actividad 20%.

Los gobiernos de Querétaro, Jalisco y Chiapas, entidades con alta
dependencia migratoria, descartaron retornos masivos y aseguraron que
de producirse, cuentan con empleos agrícolas para ocupar la fuerza de
trabajo.

“Los chiapanecos deciden conservar sus empleos, aunque bajen los
salarios, porque prefieren hacer labores que otros paisanos no harían”,
destacó el funcionario Juan Carlos Cal y Mayor.

Legisladores de Tamaulipas, entre ellos José Manuel Abdalá,
presidente de la Comisión de Asuntos Fronterizos, anticiparon que el
retorno de connacionales generará mayor desempleo e inseguridad. “No
sabemos qué tipo de personas sean y al no encontrar empleo se dedicarán
a cometer delitos, ante la desesperación de allegarse recursos”,
adelantó.

Para el secretario general de la CNC, Cruz López, la “estrepitosa”
caída de las remesas será más evidente en Michoacán, San Luis Potosí,
Guerrero, Oaxaca y Zacatecas. Agregó que “representa un cambio social,
pues al no haber dinero ni trabajo, será más fácil que la gente voltee
al narco”. (Con información de I. Mejía, A. Silva, R. Rivera, X.
Álvarez, Ó. Gutiérrez, M. López, J. J. Arreola, E. Proa, D. Mota y R.
Aguilar)

 
 

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