R. Ruiz

madrid – La inmigración representa el 11 por ciento de la población española, pero en la estadística del maltrato la mujer «muerde» casi el 50 por ciento de la tarta. Y es que la violencia de género en la población foránea ha crecido a un ritmo vertiginoso y preocupante, hasta el punto de que el Gobierno ya se plantea preparar un plan específico para combatir el fenómeno que contempla medidas especiales que pasan por mejorar la protección a las mujeres procedentes de otros países que se encuentran en situación de riesgo.

Las últimas cifras de las que dispone el Ministerio de Igualdad han alarmado a las asociaciones de mujeres y consideran que en la próxima Conferencia de Presidentes, que analizará la violencia de género, el fenómeno de las maltratadas foráneas requiere un análisis en particular.

De las 50 víctimas registradas por el departamento que dirige Bibiana Aído (siete casos más están en investigación) desde el 1 de enero de este año hasta el pasado 6 de octubre, 21 son extranjeras, casi la mitad. El 44 por ciento de sus verdugos proceden también de otros países y tienen edades comprendidas entre los 31 y 50 años en la mayoría de los casos.

Nunca hasta ahora el fenómeno de la violencia de género en las extranjeras había alcanzado tan grandes dimensiones, hasta el punto de que el número de asesinadas en España por sus parejas se ha triplicado en los últimos diez años.

Lo que los expertos tienen claro es que la apabullante estadística no guarda relación con la evolución del fenómeno migratorio en España, ya que la tasa de víctimas es muy superior a la cota de recién llegados.

La explicación para Miguel Lorente, delegado del Gobierno para la Violencia de Género, se encuentra en diversas cuestiones «sociológicas y culturales». Muchos agresores y víctimas proceden de culturas patriarcales y machistas, como es el caso de Iberoamérica, de donde proceden la mayor parte de los homicidas.

Los datos de los que dispone el Instituto de la Mujer dan una idea clara de la prevalencia de este tipo de conductas violentas entre la población extranjera. Así, la estadística revela que hay dos asesinos españoles por millón de autóctonos, frente a los 11 agresores extranjeros por millón de varones foráneos.

Altamira Gonzalo, portavoz de Mujeres Juristas Themis, cree que una circunstancia que favorece que los agresores extranjeros se ceben con sus víctimas «tiene que ver con las especiales condiciones de aislamiento en las que viven en España las mujeres que proceden de otros países. Saben que dependen más de ellos».

Su único apoyo

Se da la circunstancia de que no sólo están carentes de apoyo social y familiar, sino que «muchas veces el maltratador es su único apoyo, y lo fundamental para dar el paso de la ruptura es disponer del respaldo de la familia y de los amigos».

A esta circunstancia se une el hecho de que «en muchas ocasiones no denuncian a su agresor porque carecen de permiso de residencia y trabajo para estar en España», asegura la portavoz de Mujeres Juristas Themis, y «piensan que recurrir a la Policía puede poner en riesgo su permanencia en España».


Enviar
0 Comentarios