Ritmo latino contra el frío
ABC, , 13-10-2008El doble de espacio para una segunda edición y duplicando prácticamente la presencia del año anterior. «VivAmérica», la celebración del Día de la Hispanidad en versión popular, se ha confirmado como una de las citas fiesteras ineludibles de las calles de Madrid, con permiso de la Cabalgata de Reyes y el Orgullo.
Y así ha sido después de que miles de personas se hayan lanzado a las calles del centro (más de medio millón, según la organización), a pesar de la humedad que dejaban las fuertes lluvias de la noche anterior. No lucía un sol brillante, como hubieran deseado los miles de iberoamericanos que ayer se dieron cita en el paseo del Prado y la calle Alcalá, pero la amenaza de lluvia parecía ser el sino de este festival, que tuvo que ser cancelado en el otro lado del «charco», Bogotá, por las precipitaciones.
Los «açuzar», «pa´lante» o «dale fuerte» consiguieron encandilar a todos los asistentes, oriundos del extremo sur de la Patagonia argentina hasta las costas más cercanas a la Florida de Estados Unidos.
Ecuatorianos y colombianos
No faltaba «representación» de cualquier extremo del continente y, por supuesto, de españoles e incluso portugueses. Eso sí, ecuatorianos y colombianos se hicieron con la calle. Los gritos de alegría que desprendían al ser llamados por los distintos grupos que componían la caravana fueron un fiel termómetro de su masiva presencia.
Más allá de Orishas, «VivAmérica mostró el talento que pueden ofrecer los más de 300 millones de personas que viven a ambos lados del océano. Ayer fue el turno de los dominicanos, con los Hermanos Rosario; de los brasileños, con Daniela Mercury; de los panameños, con Eddy McLean; y, por supuesto, de los españoles, con Son 21 y La Pulquería.
Cada uno de estos conjuntos recorrió los casi dos kilómetros metros que discurren desde la estación de Atocha hasta la Puerta de Alcalá, pasando por la diosa Cibeles. Desde las 17.30 horas, la fusión de ritmos musicales tomó Madrid. Y también Tenerife y Bogotá, donde, por primera vez, se celebraba este festival de manera conjunta con la capital española.
Al final, y como suele suceder en estos actos, se impuso el macro – botellón. Muchos de los asistentes aprovecharon la ocasión para beber en las calles, aunque no se registró ningún incidente y la mayoría de quienes aprovecharon la fiesta para ingerir alcohol lo hicieron de manera tranquila «y con muchas ganas de ritmo», que es lo que la mayoría buscaban, como afirmaban Isabel y Claudia. Ellas, valenciana y ecuatoriana, se habían conocido a través de un programa del Instituto del Comercio Exterior, en Quito, y, desde entonces, eran amigas inseparables.
Otros muchos asistentes eran familias que aprovecharon la oportunidad para escuchar cánticos de su tierra «y recordar con nostalgia a quienes están allá», explicaba una emocionada Yurena, al acordarse de sus padres y sus hijos, que se encuentran en Bolivia. «Las imágenes que nos están poniendo en las pantallas», explicaba al referirse a videos en los que aparecían secuencias de diferentes países, «son un ánimo más para nosotros».
Poco después de las ocho de la tarde, los servicios de limpieza del Selur comenzaban su trabajo desde la glorieta de Carlos V. Sin embargo, allá en el otro extremo de la Puerta de Alcalá, la multitud seguía coreando los cánticos de una fiesta que promete mucho más para el año que viene. Si el tiempo lo permite.
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